< Regresar a Meditaciones

P. Juan

5 min

ESCUCHA LA MEDITACIÓN

BASTA UN MOVIMIENTO DE LOS OJOS

Carlo Acutis alcanzó la santidad a través de medios sencillos.

EL AGRADECIMIENTO

En el Evangelio este domingo y también en la primera lectura, se nos habla del agradecimiento. Jesús, curás a diez leprosos y solamente uno de ellos viene para agradecerte. Y no te da lo mismo a Vos que te agradezcan o no porque querés llegar a los corazones, porque nos querés de verdad.

Por eso es lógico que no te dé lo mismo y que valores cuando alguien te agradece sinceramente y de corazón. Por eso aprovechamos para agradecerte, Jesús, tantas gracias que nos regalás.

También hoy te agradecemos a este nuevo santo, Carlo Acutis, que se celebra su fiesta el 12 de octubre. Hoy justo es domingo, pero es la primera vez que cae un 12 de octubre en que él ya es santo, porque el Papa lo canonizó este año junto con Pier Giorgio Frassati.

Y al agradecerte la vida de los santos, podemos encomendarnos a él, pedirle que nos ayude también a nosotros en nuestro camino de santidad.

Nos puede servir para este rato de oración, algunas de las palabras que justamente el Santo Padre mencionaba en la homilía de canonización de san Carlo Acutis. Me fijaba en particular que nos decía cómo este joven italiano tan simpático alcanzó una santidad en tan poco tiempo, porque murió muy joven y tuvo una vida con tantos frutos.

Decía el Papa que tanto él como Pier Giorgio, llegaron a la santidad a través de medios sencillos que están al alcance también de nuestra mano: la santa misa diaria, la oración, y especialmente la adoración eucarística. Y citaba unas palabras de este nuevo santo que se refieren a la mirada, a la mirada no solo de los ojos la mirada física sino también a la mirada en dónde ponemos nuestra atención, nuestro corazón.

Decía Carlo: “La tristeza es dirigir la mirada hacia uno mismo. La felicidad es dirigir la mirada hacia Dios”. La conversión no es otra cosa que desviar la mirada desde abajo hacia lo alto. Basta un simple movimiento de los ojos.

Claro, se ve que él había ido aprendiendo a desviar la mirada de sí mismo, que quizá es, Señor, lo que a todos nos sale solos:mirarnos a nosotros.

Fíjate estos leprosos del Evangelio que fueron curados ¡estaban tan contentos! Y es comprensible, pero se miraron solo nueve de ellos a sí mismos, a su nueva situación. No fueron capaces de mirar a Jesús para ir a agradecerle.

TRANSFORMARNOS EN SANTOS

Nosotros también, lo que nos sale solo es mirarnos, a ver si estoy bien, estoy mal, qué necesito, qué quiero hacer, si me tienen en cuenta.

La conversión es ese elevar la mirada para mirarte a Vos, Señor, para mirarte también en los demás. Hacer ese movimiento de los ojos para ver dónde te me estás brindando, dónde me ofreces esa curación.

Como decía el Papa, en esos medios que pueden parecer sencillos, pero en realidad es un milagro participar de la misa, hacer un rato de oración, ponernos delante de la Eucaristía. También decía Carlos:

“Cuando nos ponemos frente al sol, nos bronceamos; cuando nos ponemos ante Jesús en la Eucaristía, nos convertimos en santos”. La vida cristiana es una conversión, una transformación: no nacemos santosnadie nace santo.

Pero tenemos el tiempo y el camino, y cuánto depende de esa mirada para ver dónde pongo el foco, la atención, mis objetivos.

También decía, y está relacionado, que los hombres se preocupan mucho de la belleza del propio cuerpo, no se preocupan en cambio, de la belleza de su propia alma. Una vez más, la apariencia más superficial, más externa, como si lo importante estuviera ahí en lo físico y en cambio, hay algo más valioso, que es la belleza del alma.

Por eso también el Papa mencionaba que otro de los medios que tenían estos santos era la confesión frecuente. Carlo escribió: A lo único que debemos temer realmente es al pecado.

Bueno, todo esto está en la línea de adquirir una mirada más penetrante, más profunda, más elevada, de darnos cuenta dónde estás Vos, Señor, dónde está lo importante, dónde nos esperás en esa oración, en la Eucaristía, en la misa.

Ahí tenemos los medios que nos regalás para ir creciendo en esa santidad, que no pide una vida muy extraordinaria, sino que la podemos alcanzar en lo sencillo.

ELEVAR LA MIRADA

Pensando ahora en nuestra oración, cada uno podemos preguntarnos: Jesús, ¿en qué te gustaría que yo transforme un poco mi mirada? ¿En qué circunstancias de mi vida, en qué momentos?

Quizá en el trabajo, en casa, en la calle o ante qué personas, sería bueno que yo tenga otra mirada,que la pueda elevar, como nos sugería Carlo Acutis, que pueda realmente convertirme, dejar de mirar hacia abajo, dejar de mirarme a mí mismo para mirar más hacia arriba.

Tanto para recibir como recibieron estos leprosos que fueron curados, tanto para buscar más tu ayuda cuando la necesite, donde la necesite, como para mirar a dónde puedo servir yo a los demás. Tener esa mirada que sea capaz de salir de solo lo que es más superficial o lo que me centra en mí mismo.

Pensándolo un poquito ahora en la oración con Vos, Jesús, se me ocurre en el día de hoy que me estás pidiendo que vea con esos otros ojos para que te encuentre en el prójimo, para que me disponga a servir, como también lo hizo Carlo Acutis.

Es conocido que se sorprendieron sus padres en el día de su funeral por la cantidad de gente que apareció para despedirse de Carlo.

Eran personas que ellos ni conocían; algunos eran pobres y gente muy variada que él había sido capaz de ayudar desde su lugar. Uno era el encargado del edificio, el que lo había hecho conocer la fe, otros eran personas más de la calle en los que él había gastado parte de la plata que tenía para comprarles algo, muchos amigos

Bueno, eso fue el fruto de una mirada que sabía detenerse en el otro, sabía salir de sí mismo. Cosas que todas juntas llaman la atención, pero que en el día a día no le impedía tener una vida normal.

Por eso, Señor, que nos ilusione también que podemos ser santos, podemos elevar así la mirada. Si nos alimentamos en la Eucaristía, en la oración, en los sacramentos de esa gracia que Vos nos querés dar, podemos también ser santos, dar mucho fruto.

Hoy, como por adelantado, siguiendo un poco este reclamo tuyo, Señor del Evangelio, podemos agradecerte también ya desde ahora tanta ayuda y que nos vas llevando de la mano hacia la santidad.

Nos encomendamos a Carlo Acutis y también hoy nos encomendamos a la Virgen del Pilar, en esa fiesta que está tan relacionada con la llegada de la fe a nuestro continente, traída por los españoles.


Citas Utilizadas

2Re 5, 14-17

Sal 97

2Tm 2, 8-13

Lc 17, 11-19

Reflexiones

Señor, que sepa sepa aprovechar todos los medios que nos das para ser santos y acercarnos a Ti.

Predicado por:

P. Juan

¿TE GUSTARÍA RECIBIR NUESTRAS MEDITACIONES?

¡Suscríbete a nuestros canales!

¿QUÉ OPINAS SOBRE LA MEDITACIÓN?

Déjanos un comentario!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La moderación de comentarios está activada. Su comentario podría tardar cierto tiempo en aparecer.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.


COMENTARIOS

Regresar al Blog
Únete
¿Quiéres Ayudar?¿Quiéres Ayudar?