ESCUCHA LA MEDITACIÓN

DEJA QUE EL NIÑO QUE HAY EN TÍ SE ACERQUE A MÍ

Nos puede pasar como a los discípulos, que “regañaban” a los que querían acercar los niños a Jesús. A veces sin darnos cuenta regañamos nuestra alma: “No reces ahora, no te confieses, no te arrodilles, no llores…” Pero Jesús nos dice hoy con fuerza y ternura: “Deja que el niño que hay en tí se acerque a mí”.

Jesús estás rodeado de gente, enseñando, curando algunos enfermos estás atendiéndolos a todos; los que se ponen delante de Ti y de pronto unos papás se acercan con sus hijos a Ti; querían que Jesús les impusiera las manos a sus niños, que orara por ellos, que los bendijera.

Así como al Papa le acercan a los chiquitines, a los bebés, si uno quiere ver al Papa de cerca, por ejemplo en san Pedro, ubique a un niño chiquito en un pasillo y tendrá una probabilidad alta de que el Papa pase, se detenga y lo pueda ver un poquito de más cerquita.

niños

Bueno pues esta era la escena y los discípulos tal vez sin mala intención empiezan a decirle a los papás que este no es momento de niños, No molesten, Jesús está con muchas cosas, tiene una misión en estos momentos muy concreta con enfermos, con las predicaciones.

Y Jesús se da cuenta y los amonesta y les dice:

¡Dejadlos!, ¡No se lo impidáis!.

(Mt 19, 14)

Ya lo habíamos escuchado este martes, este último martes

“¿Quién es el mayor en el Reino de los cielos?” Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: en verdad os digo que, si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”.

(Mt 18, 1-4)

Pues hoy vuelven a salir los niños en el evangelio y por eso vamos a seguir meditando en esa sugerencia que nos hace Jesús de ser como niños:

“Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el reino de los cielos”.

(Mt 19, 14)

De los que son como niños es el reino de los cielos, pues Señor yo sí quiero llegar al cielo y yo sí quiero disfrutar y gozar contigo para toda la eternidad, bueno pues tengo que hacerme niño, pues lo que sea claro, por supuesto, 

¿QUÉ SIGNIFICA “HACERSE COMO NIÑO»?

Vamos a meditar algunos puntos y Señor voy a ir contándote algunas anécdotas, Señor, qué significa hacerse como niño, hacerse como niños no es ser inmaduros o ingenuos, hacerse como niños es confiar, reconocer que no lo sabemos todo, saber que necesitamos a Dios. 

Un niño no se complica, un niño ama con sencillez, un niño cree, un niño pregunta, un niño es curioso, se ríe, un niño se lanza a los brazos de quien le quiere. Vamos a imaginarnos un niño, vamos a mirar un niño si lo tenemos ahí en casa.

Recuerdo una vez que un niño me dijo que su Ángel de la Guarda se llamaba Luz Roja, entonces le pregunté y ¿Por qué ese nombre? ¿Por qué le pusiste Luz Roja? me dice: porque la luz es buena, la oscuridad mala y mi color favorito es el rojo. 

 Bueno pues que simpleza, pero a la vez que profundidad, el niño que se inventa el nombre de su ángel porque confía que su Ángel está cerca y no necesita pruebas, esa es la sencillez de los niños, la confianza.

Esa es otra característica, la sencillez para amar a Dios.

LA ORACIÓN DE LOS NIÑOS

Me  acuerdo una vez, esta anécdota ya la he contado varias veces en “Hablar con Jesús”; yo estoy en el oratorio rezando y veo que un  niño  entra, se arrodilla, está a unos 20 segunditos y luego se levanta y se va.  Y yo dije esto será que está hablando con Jesús, entonces le pregunté: Oye Nico, ¿Qué le dijiste a Jesús? entonces me dice porque quieres saberlo, Ay Nico anda, dime qué le dijiste a Jesús, entonces Nico me dijo pues le dije: que Sí.

Yo estaba recién ordenado y le dije bueno yo creo que aquí tengo una oportunidad de enseñarle a un niño a rezar, mira uno cuando llega y saluda a Jesús le dice: Jesús buenos días, Jesús ¿cómo estás?, Jesús te quiero, Jesús mira te pido por esta intención, Jesús ayúdame con esta materia de este examen que tengo hoy.

Pero cómo así que uno llega y:  Sí.

Entonces me dice él pues yo le dije que sí y por qué le dijiste que sí, porque cuando yo entré a este oratorio el Señor me preguntó: ¿Tú me quieres? pues ahí está la oración de los niños sin manual.

COMO CON UN AMIGO

Un niño no tiene un manual para hacer oración, un niño que hace oración, hablando con Jesús lo hace como con un amigo, sin miedo, sin discurso solo amor. 

Otro niño también que la oración espiritual dice: en prueba de mi filial “defecto” y la oración dice en prueba de mi filial “afecto” pero no defecto y claro este niño la palabra afecto, pues como que todavía no la tenía en su diccionario, en cambio defecto si le sonaba más familiar.  

En prueba de mi filial defecto, se había equivocado quería decir afecto, pero sin saberlo nos recordó que también en nuestros defectos, nuestras debilidades si las presentamos con humildad, nos acercan a Jesús, así son los niños

LOS NIÑOS SE LANZAN CON VALENTÍA HACIA EL BIEN

niños y el Papa

Los niños que se lanzan con valentía hacia el bien, otra característica que podemos pensar en este momento. Un niño en el colegio me dice que quería ser sacerdote y entonces le pregunté y por qué me dice: para celebrar la misa del día de la familia y enseñarle mucho a los niños, otro que igual me dijo yo quiero ser sacerdote porque quiero mucho a Jesús y cuando tengo mucha hambre de dulces vivo la templanza.

 El amor a Ti Jesús le ayudaba a vivir esa virtud, muchas veces pues no se comía los dulces que se quería comer y además lo decía con una sonrisa.

SÍ FUNCIONA

Otro chiquito que ver que que su compañero estaba angustiado, porque su mamá no llegaba a recogerlo en el club, entonces este amigo le dice: oye espera yo tengo un santo que hace milagros, espérate yo tengo aquí una oración de ese santo mira vamos a rezarle, era la oración de San Josemaría entonces se rezan la oración y al minuto aparece uno de los directores o de los organizadores del club y le dice: oye ¿quién es Juan Pablo? yo, pues mira acaba de llamar tu mamá que ya viene en camino que está en un trancón. 

Entonces  mira al amigo como diciendo no lo puedo creer y el otro le dice: “ves que si funciona”.  Jesús escucha la oración de los niños, bueno fueron a coger más estampas de San Josemaría.

Señor, nosotros podemos aprender de la fe de los niños.

Una pregunta que nos podemos hacer en este momento y pienso que aquí puede estar la idea principal de este ratico de oración:

¿QUÉ NOS IMPIDE HACERNOS COMO NIÑOS?

Señor y tenemos que aceptar que muchas veces nos complica el orgullo, el miedo al ridículo, el querer tener siempre el control, el cerrarnos a los demás y nos puede pasar como a los discípulos que regañaban a los que querían acercarse a Jesús a esos niños que querían acercarse a Jesús, y a veces Señor sin darnos cuenta nosotros regañamos nuestra alma; le decimos a nuestra alma “no reces ahora”, no te confieses, no te arrodilles, no llores, no pidas, no confíes, tú puedes solito”.

Pero hoy Jesús nos dice con fuerza: “deja que el niño que hay en ti, se acerque a mí”, deja que el niño, que la niña que hay en tu alma se acerque a mí, no se lo impidas.

Vamos a quedarnos con esta sugerencia, vamos a quedarnos con esta recomendación de  Nuestro Señor, con delicadeza: “Oye deja ese niño que se acerque a mí, en en tí hay un niño que yo quiero, dónde está, ven traelo a mi presencia,  no se lo impidas.

Jesús hoy te hemos hablado con confianza  como los niños, con sinceridad, sin miedo, queremos confiar más en Tí, preocuparnos menos, te queremos buscar con sencillez, incluso con nuestros errores, con nuestros defectos y hoy Jesús quiero decirte: te quiero, yo te quiero como ese niño que te dijo que sí, cuando Tú le preguntaste: ¿Tú me quieres?.

 Acudimos a Nuestra Madre Santa María, Jesús nos la da como madre al pie de la cruz, “he ahí a tu Madre he a tu hijo” pues que también tratemos a Nuestra Madre con esa confianza de hijos necesitados, de hijos pequeños, de hijos que no tienen ningún reparo, ningún miedo, completa sencillez y transparencia para acercarnos a Jesús y a su Madre que también es nuestra madre.

 

 


Citas Utilizadas

Josué 24, 14-29

Salmo 15

Mateo 19,13-15

Mateo 18, 1-4

 

Reflexiones

Jesús, queremos confiar más en Ti, preocuparnos menos, te queremos buscar con sencillez incluso con nuestros defectos, te quiero Jesús.

 

Predicado por:

P. Santiago

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