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P. Juan Manuel

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BLANCA LANA DE CORDERO

Santa Inés fue una joven romana que habían aceptado el cristianismo desde temprana edad. Cuando el hijo de un gobernador romano la buscó como su esposa, ella se negó, afirmando que ella ya estaba comprometida – como ella había dedicado su vida y su corazón a Jesús. Vivir la pureza es conquistar un amor auténtico, es seguir tu conciencia, es no vender el tesoro más grande que tienes por un placer instantáneo que ni te llena ni te hace feliz.

Una de las parábolas más breves del evangelio la relata san Mateo; tiene solamente un versículo, una sola frase, se encuentra en el capítulo 13 versículo 44, la parábola dice así:

“El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en el campo, el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.”

Hay cosas que encontramos sin buscarlas, cosas valiosas que se presentan de manera inesperada…
No sé qué pensarían los amigos de ese hombre, que regresó del campo y comenzó a vender todo lo que tenía, seguramente pensaron que se había vuelto loco.
Es el caso de la fiesta de hoy, la fiesta de santa Inés, patrona de jóvenes, de novias y de la pureza.
Santa Inés era una joven romana, que había encontrado el tesoro de su vida, se había encontrado con Cristo, había dado su vida por Cristo.
De hecho, el nombre Inés, en griego significa pura o santa, y en latín significa también “agnus” o cordero, figura que representa también al Mesías, ella había encontrado al Mesías.
Cada 21 de enero, fiesta litúrgica de santa Inés, una pareja de corderos criados por las hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, en Roma, es bendecida.
Después, con esa lana, las religiosas confeccionan unos sacros palios, que el Papa impone a los nuevos arzobispos, el 29 de junio de cada año.
Como consta en el tratado de san Ambrosio, sobre las vírgenes, santa Inés murió con tan solo 12 o 13 años.

CAPAZ DE DAR FE EN LAS COSAS DE DIOS

A pesar de su juventud dio un gran ejemplo de fortaleza, dio un gran ejemplo en el martirio que tuvo que sufrir.
De hecho, dice así:

“Inalterable al ser arrastrada por pesadas y chirriadas cadenas durante el suplicio.” Sin embargo, ella, aún en edad de ser condenada, pero estaba ya madura para la victoria.
Resultó así que fue capaz de dar la fe en las cosas que Dios le pedía siendo niña, que era incapaz legalmente de dar fe en las cosas humanas.
Porque el autor de la naturaleza puede hacer que sean superadas las leyes naturales.”

Esta mujer, dio ejemplo de pureza, dio ejemplo de castidad, a veces se piensa mal de esta virtud, porque se piensa que son cuestiones externas, o son cuestiones negativas, no se trata de eso.
Son dos errores típicos y reduccionistas, la virtud, que a veces uno lo ve negativo, es muy positiva, es una manifestación amorosa.
San Josemaría la llamaba una afirmación gozosa, un Sí al verdadero amor, un aprender a amar.
La virtud de la pureza, es un tesoro que llevamos dentro con dos joyas preciosas, que son: la capacidad de amar y la libertad. Ese tesoro que santa Inés encontró y que dio su vida por él,
¿Nosotros, sabemos usar esos dos tesoros, el de la capacidad amar y de nuestra capacidad de libertad? No es que decimos que no, porque sí, es que sabemos amar y queremos amar.

EL PECADO NOS LASTIMA

Si pensamos un poquito más, nos daremos cuenta de que las personas que saben amar, saben dar desde muy jóvenes el corazón a la persona que quieren.
Cuando uno es chico se le nota muy feliz, pero a veces, se nota en las personas que pierden la cara de felicidad… es: “el pecado”, que muchas veces lastima a la persona.

normalizar, blanca lana
La gran mentira que trata de enseñar este mundo, de ensuciar con ese barro de la sensualidad malentendido, lastima a las personas. Hace que también ese placer caduco, fracture a las personas.
La calle grita muchas veces, que dejemos entrar a la tentación, que dejemos entrar esa basura de la impureza.
No nos dejemos convencer, busquemos también ese saber amar y esa limpieza del corazón.
Ahí está la importancia de que entendamos bien el significado de la pureza, vivir limpiamente es el triunfo del amor.
La pureza es una afirmación gozosa, como te decía; es un Sí al verdadero amor de Dios, es una mirada limpia, una mirada purificada.
No es que nos tomamos un veneno porque sí. ¡No! queremos cuidar también nuestra vida, queremos cuidar nuestro amor.

AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS

Un cristiano tiene prohibido ver series desubicadas o tener malos pensamientos o hacer actividades impuras o hablar de barbaridades o reírse de chistes insanos o perversos…
No, prohibido no. Lo importante es que sepamos nosotros saber amar, y vivir la pureza no es prohibir, es conquistar ese amor auténtico.
Es seguir tu conciencia, es no vender el tesoro más grande que tenés, que es ese amor a Dios sobre todas las cosas.
Jesús en otro evangelio, no tan breve como este, en este día de fiesta de santa Inés, también nos anima en las bienaventuranzas a cuidar esa limpieza del corazón.
Porque los que viven la pureza, los que viven en esa limpieza del corazón; verán a Dios.
Y quién vende su alma, ese que no se deja ayudar, ese que también se queda ciego, es el que no sabe ver a Dios.
Quizá te preguntaste alguna vez, ¿por qué tanta gente a tu alrededor, se va apartando de Dios?
Y muchas veces es un poco también por esto, porque dejan entrar el pecado, porque dejan entrar también esa lastimadura de la impureza.
Si Dios nos ha dicho que tenemos que ser limpios para precisamente ver a Dios, es porque el pecado de la impureza nos hace daño a nosotros mismos y a los demás.
Vamos perdiendo esa capacidad de razonar, vamos perdiendo esa capacidad de elevar el espíritu, de mirar a Dios mismo, en definitiva: de amar de verdad.
¿Cómo podemos luchar? Fíjate el ejemplo de santa Inés, en la fiesta de hoy, como ella, tan joven, seguramente muy orante, de hecho, se la representa rezando, como un humilde cordero.

AMIGA DE DIOS

También a santa Inés, se le representa con un corderito, ella sabía encontrar ese amor a Dios, sabía amar a Dios, era amiga de Dios.
¿Por qué? Porque el pecado no es invencible para Dios, lo que es invencible para Dios, es ayudarte si vos no querés.
Es más, si somos sinceros, Dios también nos va a ayudar, en la confesión, en la charla que tengamos para pedir ayuda o para pedir consejo.
Ya sea con nuestros padres o también en la confidencia o en la oración misma; ¿Cómo rezamos nosotros?
¿Tenemos esa capacidad de oración, como tendría esta niña santa Inés, que hoy celebramos? ¡Enamorada de Dios! ¿Estás enamorado de Dios?
Porque a veces uno piensa, que las tentaciones, que las impurezas… ¿Cómo es nuestro amor a Dios?
¿Cómo procuramos nosotros dejarnos ayudar por Dios? ¿Cómo es nuestra búsqueda de Dios en medio de esta sociedad, que muchas veces se deja llevar por impureza, por el egoísmo, por la sensualidad?

UNA ESPERANZA CONFIADA

Toca tomarse en serio el amor a Dios, toca tomarse en serio la práctica de los sacramentos, esa amistad sincera y generosa con los demás.
En la medida en que nosotros sepamos cuidar el trato con nosotros, podremos también cuidar el trato con Dios.

su reino, blanca lana
Como esta niña santa Inés, que supo tener esa gran devoción a Jesús, y supo entregar su corazón al Señor.
¿Cómo rezamos esas tres avemarías de la noche, ahora en este año de la esperanza?
La Virgen es madre de la esperanza, no en cosas dulzonas, -como dice el papa-, en una especie de: “Bueno, sí, Dios te va a ayudar…” “Dios es bueno”, “Paz y amor”
No, no, no, la esperanza que tenemos puesta en la Virgen, la esperanza que tenemos puesta en Dios, es una esperanza confiada.
Hay un punto de camino, el 501 de san Josemaría, que, hablando de la Virgen y las bodas de Caná, se refiere a como María le pida a Jesús y consigue lo que quiere, y termina así el punto de camino: “aprende”
Como diciendo: ¡Pedí a Dios! ¡Pedí ayuda a Dios! Pedí esa limpieza, que también la Virgen te ayudará a vivir en tu camino.
Que la Virgen te ayudará también a luchar, a ser más prudente en la música que escuchas o en las series que ves o en los comentarios que tenés con tus amigas o con tus amigos.

LA MIRADA PUESTA EN DIOS

Fíjate en santa Inés, que descubrió ese camino de enamorada. ¿Vos tenés esa mirada puesta en Dios? ¿Esa mirada puesta en la Virgen, ahora en este año de la esperanza?
Acudamos así a María: “madre de la esperanza”. Te recomiendo rezar esas tres Ave Marías de la noche, para rezar por la pureza.
El Rosario mismo, para pedirle también a la Virgen su ayuda, o tener algún cuadro de la Virgen que te ayude, y si cuesta un poco más: ¡aprender a luchar!
Pedir también luces para no tener miedo a luchar por amor. Y como dice esa oración:

“Bendita sea tu pureza.
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea.
en tan graciosa belleza.”

Ahí está la limpieza de las almas que saben amar, ahí está la pureza de las almas que no se dejan llevar por el pecado, que le cambia la mirada.
Vos, ¿Querés también cuidar esa mirada, como la Virgen llena de esperanza, limpia como santa Inés? Santa Inés, también supo, -como esa lana blanca-, vivir para Dios.
Vamos a aprovechar esta fiesta, para rezar también por la Iglesia entera y poner esa ilusión, en este octavario de la unidad de los cristianos.
Para que, en la Iglesia, sepamos nosotros, mantener esa pureza, mostrar a Dios ese tesoro escondido que llevamos en el corazón. Así sea.


Citas Utilizadas

Santa Inés, Virgen y Mártir

Heb 6, 10-20

Sal 110

Mc 2, 23-28

Reflexiones

Gracias Señor, por estos grandes santos, gracias por santa Inés, ayúdanos a luchar por nuestra pureza, como ella lo hizo.

Predicado por:

P. Juan Manuel

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