LO SEGUÍAN DE TODAS PARTES
La lectura del Evangelio según san Marcos que nos propone la Iglesia el día de hoy jueves, es bien bonita.
«En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea».
Hay que acordarse que Galilea es una región, con lo cual hay muchos pueblos distintos. Y sigue el texto:
«Al enterarse de las cosas que hacía Jesús, acudía mucha gente de Judea, Jerusalén y Transjordania, y cercanías de Tiro y Sidón».
O sea, toda la región se enteró que estaba haciendo milagros.
«Y al escuchar, empezó a dirigirse hacia allá. Era tanta la gente que era difícil, con lo cual el Señor encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca para subirse a la barca en el lago».
… No lo fueran a estrujar en el gentío. Y continúa:
«Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraron ante él y gritaban: —Tú eres el Hijo de Dios».
Jesús, hoy queremos hablar Contigo de esta petición que les haces a tus discípulos, que tengamos una barca preparada para que no te estruje. Que te ayudemos a llegar a más personas, que te escuchen. No te quedas con unos pocos, sino que llegas a todos.
EL VALOR DE REZAR
Y me parece que esto es una cosa bien bonita, que tenemos que aprender a hacer nosotros a través del apostolado, por supuesto, pero también a través de nuestra oración, o sea, de aprender a tratar a Jesús en nuestra oración.
Yo creo que este proyecto de hablar con Jesús es justamente de eso, de intentar que muchos hagan oración, que reprendan a rezar.
Esta semana he estado terminando mis pláticas en el colegio donde soy capellán, y les hablaba a las chicas de doce, trece y catorce años por grupos que venían a la última plática del año sobre el valor de la oración.
Porque yo me doy cuenta que lo más importante que les puedo dejar no es un poco de doctrina, no es un poco de moral, sino la posibilidad de tratar a Jesús a encontrarle en el Sagrario para hablar con Él, de encontrarle en cualquier sitio donde estén, con la capacidad de hablar con Él, de rezar… Eso es lo más importante.
Cuando estaba preparando esas pláticas, estaba pensando: “a ver qué es lo que más me gustaría dejarles a estas chicas antes de que se vayan de vacaciones”.
Y claro, preparé esta charla en el sentido de recordar algunas cosas que habíamos ido viendo a lo largo del año.
Por ejemplo, cantamos algunas veces y cuando cantamos en las clases, no en el oratorio, por supuesto, son canciones no religiosas.
Hay una canción que me gusta bastante, que hemos cantado varias veces con eso que se llama “Beautiful Things” y que su letra habla de de una persona que no quiere perder las cosas bellas que tiene en su vida.
HABLAR CON DIOS
Y yo les cuento en esta charla y también varias veces antes les he dicho que, esa canción me sirve para rezar, porque cuando yo le voy diciendo eso al Señor, le voy diciendo que no me quite las cosas bellas de mi vida, que mi vocación, mi delicadeza de trato con mis hermanos, mi familia de sangre, mis amigos, todas son cosas hermosas que tengo, que no me las quite.
Bueno, esa es la forma, y las niñas yo veía que se daban cuenta. Y luego, claro, esas que tienen que hacer ese esfuerzo y ayudarles en ese esfuerzo por también que eleven su corazón a Dios. Es muy grato al Señor.
Y por eso pensaba que, en este rato de oración, Señor, te pido que nos utilices como instrumentos para que otras personas hagan oración Contigo.
Tú nos has dicho que es necesario orar y no desfallecer…
Y podríamos preguntarnos, ¿es fácil o necesario? ¿Para qué? ¿Por qué es necesario orar? ¿Por qué es necesario hablar con Dios?
Cuando uno es pequeño, todo lo que se refiere a la religión le interesa mucho y lo ve necesario, incluso hasta divertido.
El otro día también me sorprendió la reacción de una niña pequeña, de tercero de primaria, que no había hecho todavía la Primera Comunión. Cuando le dije que avisara a la profesora porque iban a tener misa esa mañana, se le iluminó la cara y dijo: —¡Qué chévere misa! Además, ¡va a ser durante el recreo!
ES NECESARIO ORAR
¿Verdad que era todo lo contrario? No entendía nada, porque normalmente, claro, las mayores no les gusta que les quiten el recreo, pero era justo lo contrario a la niña que tenía esa ilusión.
A los niños pequeños les gusta estar con Dios, les parece algo necesario en sus vidas. No se extrañan cuando les dices que pueden hablar con Él y tratarle.
Por algo dice la Escritura que
«los niños se acercaban confiados a Jesús».
Dios y las cosas de Dios les interesa mucho. Es que de lo que más les interesa, porque se mezcla el misterio con la trascendencia y les es fácil soltar la imaginación y se divierten al pensar en los ángeles, gente invisible que vuela o a la Virgen, una madre que vive en el Cielo o a los santos, los mejores amigos de Dios.
Es fácil entender esa frase del Evangelio:
«Es necesario orar».
¿Se cumple en estos casos lo que estoy diciendo de los niños? Pero, ¿y para nosotros los mayores o para los adolescentes, no será tal vez un poco exagerado decir que es necesario? ¿Es necesario para qué?
Pues el Evangelio no dice las cosas por decir. No dice que es necesario que los niños recen porque así tendrán una infancia feliz, por ejemplo. Sino que nos dice que debemos rezar todos y siempre. Cuando uno es pequeño y cuando uno se hace grande, no dejarlo nunca.
Por eso dice «es necesario orar y no desfallecer». Dios se encarnó para estar con nosotros y por eso, Señor, te has quedado en el Sagrario para facilitarnos rezar siempre.
NECESIDAD EN NUESTRA VIDA
Dios es necesario en nuestras vidas, ya seamos niños o adultos. Sin Él los niños no tienen la misma infancia, ni los adultos saben para qué están en el mundo. ¿Cómo cambia la infancia de un niño sin los ángeles y nuestra Madre del Cielo sin Dios? ¿Cómo cambia la vida con Jesucristo, que es el único que puede responder a todas nuestras preguntas?
Para entenderlo mejor, pensemos en algo que sea necesario para vivir, por ejemplo, la respiración. Si dejáramos de respirar, nos moriríamos.
Pues la oración es como la respiración, nos oxigena, nos ayuda a vivir junto al Señor. Y con la oración hacemos presente a Dios. Nos lo metemos dentro como se mete el aire en los pulmones.
Jesús mismo necesitaba hacer oración, y eso era Dios. Tenía todos los días un rato de conversación con su Padre. Se retiraba para estar a solas con Dios.
El Evangelio nos dice que oraba muchas veces, incluso se levantaba pronto en la mañana para eso se retiraba a un lugar apartado. Era tan necesario que hasta le robaba horas del sueño para rezar; sobre todo, rezaba en los momentos más importantes de su vida.
Por ejemplo, antes de elegir a los doce, se puso a hacer oración. También lo hizo en el monte Tabor y momentos antes de instituir la Eucaristía.
Y no digamos antes de la Pasión en el Huerto de los Olivos, un sitio al que iba mucho para hablar con su Padre Dios, el Huerto de los Olivos.
SIN DESFALLECER
Ahora entendemos mejor esta frase:
«Es necesario orar y no desfallecer».
Pero también, y sobre todo, es necesario porque somos hijos de Dios. Y los hijos necesitan de sus padres.
Un niño necesita de su madre para comer, para beber, para vivir. Y cuando crecen, hablan con ellos de los problemas de su vida.
Un cristiano necesita hablar con el Señor. Es entonces cuando se superan todos los problemas, porque uno sabe que Dios lo tiene muy cerca. Para nosotros, la oración debe ser como para los pájaros, las alas. Algo necesario para poder volar.
Gracias a la oración pasamos por encima de nuestras debilidades y errores y nos ayuda a vivir mejor.
«Los apóstoles recorrieron toda Palestina y fueron haciendo lo que el Señor les pedía».
En este Evangelio hemos visto cómo les pedía que le consiguieran una barca, que organicen a la gente, que vayan de un sitio a otro. Y eso nos pide también el Señor a nosotros.
Y una gran cosa que podemos enseñar a otros es hacer oración, para llevar a todos esta palabra es necesario orar y no desfallecer.
Vamos a poner estas intenciones en manos de nuestra Madre, la Virgen María. Ella nos enseñará a ser expertos y maestros de oración.
Me parece acertada lo que se dice en la meditación esto me sirve para la infancia misionera y la preparación de la Primera Comunión, gracias por compartirlo me ayuda mucho
Me parece acertada lo que se dice en la meditación esto me sirve para la infancia misionera y la preparación de la Primera Comunión, gracias por compartirlo me ayuda mucho