FELIPE DE LAS CASAS
Bueno tengo que agradecer al padre Juan Pablo de México, que me escribió hace unos días diciéndome: oye tengo tu meditación para el 5 de febrero, mira te paso este artículo, te paso esta historia y ahí te va para ver si lo ves oportuno y se lo agradezco.
Porque no conocía la historia del primer santo mexicano Felipe de las Casas que nació en Ciudad de México, su familia de migrantes españoles que llegaron a América.
Su papá se llamaba Alonso de las casas que por cierto por aquí a Colombia llegó también un Bartolomé de las Casas y Alonso el papá de Felipe era comerciante que se estableció ahí en la Ciudad de México.
En ese tiempo pues tenía poco más de 50 años de haber sido fundada, era una ciudad pequeña y ya recibía a esta familia.
CUANDO LA HIGUERA…
Felipe fue un joven inquieto travieso, inquieto como todos los jóvenes incluso pues era algo maloso, su nana que va a ser una mujer importante en esta historia al ver una higuera que estaba ahí en el jardín le decía a Felipe: mira Felipe tú serás santo cuando esa higuera le broten retoños. Porque era una higuera que llevaba varios años seca.
Le decía: «Felipito esa higuera cuando reverdezca y de retoños ese día usted será santo».
Bien pues su papá tenía la ilusión de que Felipe entrara al convento de los hermanos franciscanos, un poco obligado incluso.
Y entró al convento pero se escapó del convento de san Antonio en la ciudad de Puebla y regresó a la Ciudad de México y se iba haciendo ya mayorcito, viajó a Filipinas, al sur del Asia, al pacífico occidental, porque como su papá era comerciante y la familia comerciante pues se se dedicó al comercio también.
FELIPE DE JESÚS
Estando ahí en Filipinas pues sí que le entró ya el deseo de hacerse franciscano por voluntad propia y entró al convento de los franciscanos en Filipinas adoptando el nombre de Felipe de Jesús.
En 1526 después de una larga preparación está listo para ser ordenado sacerdote, pero como en Filipinas no hay obispo que pueda ordenar a los nuevos sacerdotes, Felipe decide viajar de nuevo a la Ciudad de México para estar ahí con su familia y ser ordenado sacerdote ahí.
Regresa a México en una de esas barcas que en ese momento llamaban las carabelas, que eran barcas muy frágiles.
Curiosamente la carabela se llamaba San Felipe e inicia el trayecto pero la galera se avería, queda a la deriva y termina en las costas de Japón.
En Japón había una persecución desencarnada hacia los cristianos por el emperador Taiko Sam; Felipe es capturado por los japoneses, se dan cuenta de que es un religioso franciscano que llega ahí a esas costas, él no iba de misión a Japón pero pues cayó ahí.
MÁRTIR
Fueron capturados, fueron torturados el 5 de febrero del año 1597, por esto es el primer santo mexicano y duro siendo el primer santo mexicano muchos años, pues moría Felipe de Jesús crucificado, atravesado por dos lanzas en la ciudad de Nagasaki en Nagasaki junto con veinticinco compañeros mártires, también había niños, jóvenes, franciscanos, jesuitas, laicos y ahí estaba Felipe de Jesús, muriendo por México muriendo sobre todo por Ti Jesús.
CARTA
Felipe de Jesús escribe una carta el 4 de febrero, un día antes y esto nos sirve para hacer este ratico de oración.
Queridos padres y amigos:
La noche pasa rápido, mañana moriré ejecutado en la cruz pero no tengo miedo, mi pensamiento vuela hacia ustedes y a mi patria querida, ahora que estoy para recibir el bautismo de sangre, recuerdo que fui bautizado en la catedral de México a las veces que asistí a misa en San Francisco de Plateros.
Lamento los años que perdí buscando mis apetitos, egoísta y disipado, Bendito sea Dios que vino en mi ayuda y comprendí que no valía la pena vivir para eso,
quise ser misionero pero ahora Dios me premia antes del trabajo, concediendo dar mi vida para probar mi amor, lamento no haber vuelto a México aún cuando apenas fuese un día, pero volveré, estoy cierto de que volveré para decirles a todos que la verdadera vida por que vale la pena vivir es la vida eterna.
CANONIZADO Y NOMBRADO PATRONO DE LA CIUDAD DE MÉXICO
Fue beatificado en 1627, fue canonizado en 1862 y fue nombrado patrono de la Ciudad de México.
Claro cuando murió, el día que murió se dio cuenta, que la nana salió al patio y se dio cuenta de que la higuera tenía nuevos brotes y exclamó: ¡Felipillo es santo!, ¡Felipillo es santo!.
De esa higuera han salido hijos hasta la actualidad, de hecho en el artículo que me pasó el padre Juan Pablo es un artículo de una universidad, que muestra fotos del momento en el que se siembra una higuera, uno de los hijos de la higuera de san Felipe de Jesús.
Murió a los 25 años, era muy joven y con qué decisión, con que entrega, con qué valentía.
A mí me llaman la atención dos cosas de esta historia, el comentario de la nana, como un comentario aislado, espontáneo, natural puede ser un comentario importante, para la conversión de una persona.
Quién sabe si Felipe de Jesús se quedó con ese recuerdo de su nana: “cuando esa higuera reverdezca, florezca y dé frutos pues ese día será santo.
No se sabe si en ese momento cayó en su corazón el deseo o la inquietud, de bueno porque no llegar algún día a ser santo y quizás quién sabe si es en ese momento Felipe le dijo Jesús: bueno Jesús Tú verás, si Tú quieres que yo sea santo pues seré santo.
LA SANTIDAD ES UN DESEO DE DIOS
No es cosa de nosotros, la santidad no es cosa propia, la santidad no es un deseo propio, egoísta, la santidad es un deseo de Dios.
La otra cosa que me llamó la atención en esta historia es la frase de la carta:
“La verdadera vida por la que vale la pena vivir es la vida eterna”.
Un convencimiento que tiene Felipe de Jesús antes de morir.
Señor, seguro es una gracia tuya especial que han tenido todos los mártires del mundo mundial; en ese momento que vale la pena morir porque para la pena vivir, pero para la vida eterna.
Señor gracias por darme a conocer la vida de este santo mexicano, el primer santo mexicano Felipe de Jesús, nos encomendamos a él.
Encomiendo a todos los jóvenes que encuentren primero esa inquietud, la inquietud de querer ser santos y luego se confíe a él y se dejen llevar por Jesús, quién sabe Señor en qué costas terminaremos, no moriremos mártires seguro, si Dios no lo permite o sí, no se sabe, lo importante es dejarse llevar por Jesús, que es el que nos quiere santos.
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