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¡HABEMUS PAPAM!

Dice el Evangelio… “Yo te digo que tu eres Pedro, u sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. La voluntad fundacional de Jesús al pensar en la pintura de los Papas.

REPRESENTANTE DE JESÚS

Creo que como todos, me acerco a este rato de oración contigo, Jesús, todavía emocionado por la figura, la presencia del papa León XIV. Te agradecemos, Jesús, por habernos dado tan pronto un nuevo papa y poder sentir que Tú nos cuidas a través de él y nos guías ya a través de él.

Me parece que es súper oportuno que ahora todos en la Iglesia estemos dándote gracias por este buen invento que has tenido Tú de dejar a alguien que te represente en la tierra.

Nosotros recordamos que entre los apóstoles Tú te fijaste en Simón, a quién le hiciste cambiar de nombre por Pedro, y esa tradición se sigue cumpliendo. Así el cardenal Robert ha dejado su nombre para ser León XIV, lo que empata con la simbología bíblica de un nuevo destino, una nueva misión dada por Ti.

DE ROBERT A LEON

Así como en el Antiguo Testamento Dios pidió que Abraham cambie de nombre, que Sara cambie de nombre, que Jacob cambie de nombre, Tú le pides a Simón que cambie de nombre por Pedro, que significa piedra. Y esta base que no se usaba antes como un nombre propio, Tú lo pusiste indicando que era la base sobre la que Tú pensabas construir tu Iglesia. Dijiste:

«Yo te digo que tú eres Pedro piedra- y sobre está piedra edificaré mi Iglesia» (Mt 16, 18).

Pues aquí lo que estás diciendo es que la base está ahí identificada y que sabremos que estamos en tu Iglesia en la medida en que estemos construyendo sobre esa base. Por lo tanto, la presencia del papa nos garantiza que estamos en tu Iglesia, y unirnos al papa y a sus intenciones nos garantiza que estamos uniéndonos a Ti, Señor.

Esta es la piedra que Tú has elegido. Dijiste: «las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del Reino de los Cielos y todo lo que atares sobre la tierra será atado en los cielos, y todo lo que desatares en la tierra quedará desatado en los cielos» (Mt 16, 18-19).

Estas son palabras fundacionales que tienen un rango poderoso porque las dices Tú, Señor, que eres el fundador de la Iglesia y porque tienen una capacidad de ser como una norma constitucional en un país. Pues así, en la Iglesia.

LA MISIÓN DEL PAPA

Entonces le has dado a Simón Pedro de una manera muy especial los poderes que después también le diste a los apóstoles. Pero lo has señalado como el fundamento de la Iglesia, de tu Iglesia y a él le va a corresponder volver a reunir a los discípulos después de haber salido corriendo cuando Tú fuiste crucificado.

Tú le dijiste: «Simón, Simón he aquí que Satanás os ha reclamado para cribaros como el trigo. Pero yo he rogado por Ti para que no desfallezca tu fe; y tú cuando te conviertas, confirma a tus hermanos». (Lc 22, 31-32).

Esta oración, estoy seguro, Señor, de que Tú la has dirigido a san Pedro y a todos sus sucesores. Esa oración nos da tanta tranquilidad. Y efectivamente, esa oración tuya nos protege y protege a la Iglesia.

Tú además le anticipaste en ese momento que te iba a negar tres veces, y así tres veces también le preguntarás si te ama.

«Señor, tú sabes que te amo» (Jn 21, 17).

Y le encargarás que pastoree a tu Iglesia. Pedro y después de él sus sucesores que son los papas– recibió la misión de gobernar el rebaño de Cristo y de confirmar a todos en la fe. Esto es lo que acabamos de ser testigos, de presenciar: todos hemos reavivado nuestra fe en este encargo que Tú le diste, Señor, a san Pedro y a sus sucesores.

UNIDOS A LEÓN XIV

Por eso nos hemos alegrado tanto al conocer su cara, su nombre, al oír su voz. La misión del papa es mantener la unidad de la Iglesia y qué fácil ha sido unirnos al papa León XIV. Efectivamente, vemos en él la expresión visible de esa unidad. La unidad que mantiene cada miembro contigo, Señor, se expresa en la unidad que cada miembro de la Iglesia mantiene con el papa. Aesto que llamamos comunión y que designa al católico que vive en comunión con el papa.

Con eso decimos que tenemos la misma fe que el papa, creemos en las mismas verdades que él, vivimos la misma moral que él, utilizamos los mismos sacramentos que él. Todo esto viene de Ti, Jesús, pero él lo ha recibido como encargo, como un tesoro a custodiar.

Habemos Papúa, papa Leon xIv

Así, Tú has querido que el papa sea tu representante en la tierra, vicario de Cristo y para todos los cristianos es el centro de la unidad de la Iglesia. Al estar en comunión con el papa, estamos en comunión además con toda la Iglesia universal.

Soy miembro de tu cuerpo, Jesús, soy un miembro que quiere estar sano para aportar salud a tu cuerpo. Soy un miembro que quiere darte alegrías y no dolores. Algo semejante en cada parte de la Iglesia los obispos tienen que cumplir con una misión muy parecida, son la cabeza de la Iglesia local y los cristianos debemos estar en comunión con el papa y también con nuestro obispo diocesano.

DIÓCESIS DE CHICLAYO

En ese sentido yo quería (porque estoy en Piura, a pocas horas de la diócesis de Chiclayo, al norte del Perú), decir que me ha emocionado oír al papa hacer referencia a la diócesis de Chiclayo, de la que salió para hacer una ayuda más cercana del papa Francisco cuando él lo convocó para trabajar con él en la Santa Sede.

Yo no he coincidido con el papa cuando era obispo de Chiclayo, pero sí he coincidido con personas que lo han conocido. Tienen el mejor de los recuerdos. Me es muy fácil pues sentirlo, efectivamente, muy cercano, muy peruano. Sé que tiene el documento nacional de identidad de nuestra patria, que así lo exige la ley peruana: para que un obispo sea obispo en el Perú, debe nacionalizarse y él lo hizo. Es una señal también de disponibilidad. Y ahora pues es eso: el papa, ciudadano del Estado Vaticano.

Vamos a pedirle a nuestra Madre, la Virgen santísima, que nos ayude a querer mucho al papa, desde ya estar muy unidos a él, a serle muy dóciles y ayudarlo a ayudar a Jesús.

Madre nuestra, cuídanos al papa, dale salud, larga vida, paz y que le sea fácil este trabajo grande que ha recibido y que lo quiere realizar, como se le ve,con tanta claridad, decisión y humildad. Así sea.


Citas Utilizadas

Hch 9, 1-20

 Sal 116

Jn 6, 52-59

Reflexiones

Señor Jesús, te pedimos por León XIV y te damos gracias por tenerlo como cabeza de la Iglesia. Que sepamos quererlo y acompañarlo con mucha oración.

Predicado por:

P. Luis Andrés

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