El Evangelio de hoy está tomado del evangelio de san Lucas, hay unas palabras duras de Jesús, unas palabras dirigidas a los fariseos.
Son de esas palabras que más nos llaman la atención porque Jesús suele hablar de la comprensión, de acoger, del amor y acá dice palabras que son fuertes.
Por ejemplo, comienza el Evangelio:
¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres y descuiden la justicia y el amor de Dios!¡Ay de ustedes fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento de las sinagogas y ser saludados en las plazas! ¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven, sobre los cuales se camina sin saber! (Lc 11, 42-44)
Jesús está diciéndole a cada uno de los fariseos y también nos está diciendo a ti y a mí, que estamos haciendo este rato de oración, que muchas veces nos pasa que nos fijamos en lo externo.
Nos fijamos en el pago del impuesto, en que nos gusta ocupar esos primeros asientos, y al final somos como esos sepulcros, que parecen bonitos por fuera, pero por dentro están llenos de pobredumbre.
Que somos como esos que se preocupan más de lo externo, sin preocuparnos del amor de Dios.
Ay de esos que están continuamente preocupándose de cumplir, de ser vistos, de que por fuera aparezcamos de una cierta manera, pero que no nos preocupamos del interior.
LO QUE IMPORTA ES EL AMOR
Lo importante, dice Jesús en este evangelio, es: ¡la justicia y el amor de Dios!
Todo lo externo, todo lo de fuera es importante, no es que Jesús lo desprecie, hay que practicar esto, pero sin descuidar aquello.
Lo que importa es “el amor”, hacer eso que nos pide el Señor, ese pago del impuesto, lo que sea que haya que hacer, la ley de Dios, pero sin descuidar lo más importante que es lo interior.
Hacer lo mismo, hacer todo eso, pero con amor. Hay un pasaje de la escritura del evangelio que nos enseña esto mismo, que Jesús lo quiere dejar muy gráficamente establecido.
En este pasaje, está Jesús comiendo en la casa de un amigo suyo, Simón, fariseo, que lo ha invitado para compartir con él, una persona que quiere conocer más al Señor.
Pero cuando Jesús llega, no le lava los pies, no le da una bienvenida con esos detalles de cariño, no le da el beso de bienvenida, no lo unge.
Y entonces, Jesús no le dice nada al principio, pero cuando llega una mujer pecadora, se pone a llorar a sus pies, a lavarle los pies, a echarles ese perfume, a secar sus pies con sus cabellos…
Al ver que el resto estaba juzgando a esta mujer, que quería hacer ese detalle externo de cariño, ese beso a sus pies, esas lágrimas, esas caricias y toda esa dedicación externa para manifestar el amor que tenía en su corazón.
EL PERDÓN DE LOS PECADOS
Le dice a Simón el fariseo: Tú no tuviste detalles de cariño conmigo, no te preocupaste de lo externo y entonces eso demuestra que no hay amor en tu corazón o que te falta amor.
Tener esos detalles de cariño, es importante, cuando manifiestan lo que hay dentro.
Jesús echa de menos los detalles de cariño, echa de menos que le limpien los pies, que le echen perfume, que le den ese beso de bienvenida y lo hace saber.
La mujer pecadora, recibe la alabanza del Señor y no solo la alabanza, sino el perdón de sus pecados. ¿Por qué? ¡Por su amor!
Porque había hecho todo eso con amor. No se había quedado solo en una práctica externa, en una costumbre, sino que a través de eso había manifestado el amor, había seguido eso que dice Jesús.
Hay que practicar esto, los detalles, el cumplimiento, las costumbres sin descuidar aquello, sin descuidar el amor, porque el amor se expresa en los detalles, se expresa en ciertas prácticas, en manifestaciones de cariño.
Hay una novela, se llama: “Blanca como la nieve, rojo como la sangre”; que en un momento el protagonista está hablando sobre la mamá de su mejor amiga, la mamá de Silvia y dice lo siguiente, que me parece que es muy bonito, dice:
«¡Pide detalles! Solo quien pide detalles se esfuerza por compartir lo que siente tu corazón.”
AMEMOS CON DETALLES
Los detalles son una forma genuina de amor, de amar. Me gusta la mamá de Silvia, si tuviese que elegir una madre sin contar la que tengo, elegiría a la mamá de Silvia.
¿Por qué? ¡Porque manifiesta los detalles! Solo quien pide detalles se esfuerza por compartir lo que siente tu corazón.
Es pedir detalles, pedir que le cuenten algo, pero también se manifiesta en esos detalles concretos de cariño, en esos detalles particulares.
A través de los detalles manifestamos el amor, lo que queda en nuestro corazón, lo que permanece: es el amor y el amor manifestado en detalles.
Quería leer un párrafo también de otra novela, se llama: “En lugar seguro”; que la novela entera es la historia de una amistad entre dos matrimonios.
Y al hablar de esa amistad dice:
«No éramos indiferentes, vivíamos en nuestros tiempos, que eran tiempos difíciles, teníamos nuestros intereses que eran fundamentalmente literarios e intelectuales y solo ocasionalmente, inevitablemente políticos. Pero lo que la memoria me devuelve no es la política, ni las estrecheces de vivir con $150 al mes, ni siquiera lo que entonces escribía, sino los detalles de una amistad. Fiestas, excursiones, paseos, conversaciones a medianoche, destellos de las escasas horas libres de agobios. Lo que permanece son los detalles de esa amistad.”
VIVIR LA LEY POR AMOR
Eso es lo que queda en la memoria, lo que queda en el corazón de cada uno. Jesús quiere esos detalles, quiere que lo amemos en esos detalles.
En otra ocasión, Jesús mismo nos dice:
“No he venido a abolir la ley, sino a darle su cumplimiento.” (Mt 5, 17)
Porque esos detalles de cariño se expresan, se concretan en ese cumplimiento de la ley en el amor a Dios.
Nuestro amor a Dios. se concreta en ese cumplimiento de la ley. Lo que nos previene Jesús, es decir, no te quedes simplemente con la ley.
No, no, no quiero que tú cumplas simplemente, sino que tú ames a través de la ley, porque la ley es lo que te va a ayudar a ser feliz, a llegar al cielo.
La ley es importante, muy importante, pero tiene que ir siempre unida al amor, tiene que manifestar el amor.
Él mismo, Jesús, es un ejemplo para nosotros en esto. Jesús vivió la ley, dice que vino para darle cumplimiento, pero la vino a vivir por amor, porque quería amar a través de esos detalles.
NOS AMÓ A CADA UNO DE NOSOTROS
Quería amar a Dios en primer lugar, y manifestó ese amor a Dios, también en su amor a cada uno de nosotros.
Tanto que eligió morir en la cruz por amor y acogió a todas las personas, también esas personas que a veces estaban un poco más alejadas, pero que buscaban en Él, el amor.
Y a través de ese amor se fueron convirtiendo, fueron transformándose y comenzaron a vivir esa ley, esos preceptos de la ley con amor, por amor.
Terminamos este rato de oración acudiendo a la intercesión de María Santísima, que ella amaba a través de los detalles.
En el Evangelio no se nos cuentan grandes cosas de la Virgen, sino pequeñas, pequeñas cosas que ella iba guardando en su corazón, meditándolas, conservándolas, contemplándolas.
Madre nuestra, enséñanos a amar así, amar en lo pequeño, amar en el cumplimiento de la ley y a expresar siempre nuestro amor al Señor en todo lo que hacemos.
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