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Esposa, madre de 3 hijos varones, Comunicadora Social y directora de Hablar con Jesús

4 min

¡Haz de tu oración un hábito!

Tal vez nunca hayas oído hablar de Misty Copeland, pero creeme la palabra “disciplina” cobra un nuevo significado cuando conoces su historia. Es una bailarina estadounidense, que inició su carrera en el ballet más tarde de lo habitual, rompió barreras al convertirse en la primera mujer afroamericana nombrada como bailarina principal en el American Ballet Theatre. ¡Se preguntarán por su clave para triunfar! Una rutina o hábito diario basado no solo en calentamientos, sino también en momentos de gratitud y oración.

Esa base espiritual la ha impulsado a forjar una fortaleza mental capaz de transformar obstáculos en oportunidades. Su historia nos recuerda que un hábito tan sencillo como la oración, o un instante de conexión personal con Jesús, puede alimentar nuestra dimensión espiritual conectando así con nuestro propósito de vida.

¿Cuántas veces te propones realizar algo diariamente y desfalleces al intentarlo? ¿O empiezas muy motivado y durante la primera semana avanzas, pero luego te cuesta continuarlo? ¡Uff! capaz muchos nos sentimos identificados al tratar de iniciar algo nuevo en nuestras vidas. Quizá, te puede estar sucediendo esto al intentar hacer de tu oración un hábito.

ORACIÓN

Santos y su lucha en la oración

Gugleando un poco me enteré que santa Teresa de Ávila también experimentó luchas en su vida de oración. En su libro ‘Camino de perfección’, relata cómo, al principio de su vida espiritual, se sentía distraída y le costaba concentrarse en la oración.

Y no es la única, también San Pedro de San José Betancur, conocido por su dedicación a los pobres y su vida de oración, nos cuenta que enfrentó desafíos en su vida espiritual. A veces se sentía abrumado por las necesidades de los demás, lo que dificultaba su tiempo de oración.

La experiencia se sigue repitiendo entre los santos, algunos más extremos como san Juan de la Cruz que enfrentó verdaderos momentos de desolación y de absoluta sequedad espiritual. En su obra más conocida: «Subida del Monte Carmelo», describe de manera impactante un fenómeno que otros santos también atravesaron, le llama la experiencia de la «noche oscura», un periodo en el que el alma se siente alejada de Dios y lucha por mantener la fe y la oración.

Aunque son distintas, las experiencias de todos los santos reflejan que la vida de oración no siempre es fácil, pero es esencial para el crecimiento espiritual y nos muestran con su dedicación y perseverancia haber logrado vencer las adversidades.

Amigos de Jesús. Hablar con Dios, oración

¿Cómo hacer de tu oración un hábito?

James Clear define el hábito como rutina o práctica que se realiza de manera regular. Es una conducta que hacemos de manera automática y que permite dirigir nuestras vidas, sin que seamos conscientes una vez que lo hemos adquirido.

Partamos del hecho de que pequeñas mejoras diarias son apenas perceptibles. Por lo tanto si logramos ser constantes en esas pequeñas acciones diarias, al cabo de un año habremos mejorado en un porcentaje considerable. Siendo así, para iniciar en una vida de oración diaria:

1. Proponte hacerla por 10 minutos diarios junto a nosotros, pausando y hablando con Jesús.

Supongo que como muchas otras personas este 2025 me he propuesto ser más saludable, y esta meta engloba varias acciones que dan cabida a incomodarme sanamente en mis tres dimensiones (bio-psico-espirituales) como: cuidar mi sueño, hacer deporte, comer sanamente, seleccionar mejores textos de lectura que amplíen mi horizonte, cuidar mi oración, vivir en gratitud y estrechar mis vínculos con los demás. ¡En pocas palabras, mi identidad!… por eso estoy segura de que pequeñas victorias diarias serán la mejor forma de convertirme en la persona que quiero ser. Tus hábitos moldean tu identidad y tu identidad tus hábitos. Por eso:

2.  Define la persona que quieres ser.

Cuando se está aprendiendo una nueva conducta, esta desprende una enorme energía cerebral; por eso llevar un hábito al inconsciente reduce enormemente ese gasto de energía que consumimos. Con esto quiero trasmitirles que es lógico que nos cueste iniciar el hábito de hacer oración diaria, nuestra mente nos va a sabotear nuestra buena intención de estrechar nuestra relación con Jesús; porque para ella es mucho más cómodo no hacerla y seguir como estamos. Por eso la propuesta es de poco tiempo en el primer paso. Adicionalmente, lo hilas con la persona que quieres ser, formando así un anhelo profundo que te moverá a alcanzar tu meta.

Para ir al gimnasio diariamente la noche anterior dejo mi ropa de hacer ejercicio en el mesón del baño, mi bolso listo con todos los implementos para alistarme (ducharme y vestirme). En cuanto me levanto realizo mi ofrecimiento de obras y sigo al baño, al toparme con la ropa, señal que me recuerda lo que me he propuesto, inmediatamente mi mente lo relaciona. ¡Vestirme es ya un ritual! Este ritual está además atado con otro hábito, ya adquirido en mi caso, que es el de hacer oración. Aprovecho para preguntarte: ¿con qué hábito actual que realices diariamente puedes atar tu nuevo hábito de hacer oración?

3.  Hazlo obvio, sencillo y atado a un hábito diario que ya te funcione.

Una vez en el gimnasio para iniciar mi rutina elijo audiolibros espirituales y/o de autores clásicos y contemporáneos. Esto lo vuelve agradable y también forma parte de mi objetivo. ¿Cómo podrías hacer cautivador tu hábito de hacer oración? Capaz te funcione utilizando un cuaderno como para anotar los propósitos u oraciones escritas que surjan en ese gran momento de conversación con Jesús.

4.  Hazlo atractivo.

Finalmente me ducho en el club, me pongo guapa para ir a misa y recibir a Jesús Eucaristía. Luego, cuando llego a casa me hago un buen desayuno. Así obtengo dos gratificaciones. Lo que me lleva a sugerirte:

5.  Hazlo satisfactorio con una buena recompensa.

Para el ser humano es mucho más fácil repetir una conducta cuando recibimos una buena recompensa. En este caso, la mía es el mejor inicio del día con Jesús Eucaristía junto con mi buen desayuno.

Al igual que Misty o, mejor aún, como muchos santos han intentado y han mostrado con su ejemplo que a pesar de los obstáculos, la perseverancia nos llevará a hacer de nuestra oración un hábito.

Ahora, después de estas recomendaciones, yo te digo: ¡Haz de tu oración un hábito!

p.d.: Puedes profundizar más con este podcast de Mario Alonso Puig o en en el libro Hábitos Atómicos de James Clear.


Escrito por

Pamela Egas

Esposa, madre de 3 hijos varones, Comunicadora Social y directora de Hablar con Jesús

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COMENTARIOS

  1. Me encantó tu artículo y me identifico
    Con tus propósitos y acciones para hacer oración. El secreto está en convencerte de que Jesús está esperando nuestro saludo diario yno dejarlo plantado.

  2. Exelente, facilitador, sencillo
    Primero tengo que dominar mi imaginación, que también entorpece mis oraciones vocales. Gracias

  3. Alicia Araya Santis dice:

    Exelente, facilitador, sencillo
    Primero tengo que dominar mi imaginación, que también entorpece mis oraciones vocales. Gracias

  4. Iris Contreras dice:

    Me encantó tu artículo y me identifico
    Con tus propósitos y acciones para hacer oración. El secreto está en convencerte de que Jesús está esperando nuestro saludo diario yno dejarlo plantado.

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