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Panameña. Periodista. Autora de varios libros. Instagram: teredominguezo www.teredominguez.com

6 min

Amar a Dios con San Agustín: lectura, oración y espejo del alma

Este artículo es una reflexión personal inspirada en el libro Amar a Dios con San Agustín de José Antonio Rodrigo Galindo. La lectura significó para Tere Domínguez O. un recorrido espiritual y un retiro interior, y aquí explora cómo la búsqueda de San Agustín y su conversión siguen tocando los corazones hoy.

La frase célebre de San Agustín, «Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti», resume la esencia de este viaje del alma hacia Dios.

El primer artículo que escribí por una solicitud especial fue para este mismo blog, en agosto de 2020. Hasta entonces, todos mis textos habían nacido de mi imaginación.

Aquel artículo fue sobre Santa Mónica: una madre que rezó incansablemente por la conversión de su hijo rebelde, quien luego sería conocido como San Agustín. 

La reflexión que me quedó fue poderosa: si Santa Mónica, perseverando en la oración, logró que un hijo promiscuo y distante de Dios se convirtiera en uno de los grandes doctores de la Iglesia, ¿qué no podríamos alcanzar si todos oráramos con esa misma fe?

Además, Santa Mónica rezó también por su esposo que era pagano, el cual se convirtió al cristianismo antes de morir.

Es así como Santa Mónica es la patrona de las mujeres casadas y modelo de las madres cristianas.

Santa Mónica y San Agustín Panamá
De Santa Mónica a San Agustín

Cinco años después de ese artículo sobre Santa Mónica se me presenta la oportunidad de escribir sobre San Agustín y profundizar sobre su frase más célebre: «Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti».

Había varios temas entre los cuales escoger, pero al verlo supe que ese era el indicado.

San Agustín

El 13 de noviembre del año 354 nace el pequeño Agustín, tercer hijo de Patricio y Santa Mónica, en una ciudad al norte de África. Desde joven Agustín mostró una mente brillante, se dejó seducir por los placeres mundanos, por el éxito y por la fama. A los 17 años inició una relación con una mujer y tuvo un hijo, Adeodado.

Durante años Agustín buscó a Dios de diferentes formas, se unió a varias doctrinas y corrientes, pero ninguna llenó el vacío que sentía. Hasta que se trasladó a Roma y luego a Milán, donde conoció al Obispo Ambrosio, cuya sabiduría y caridad lo impactaron profundamente.

La conversión de San Agustín fue un proceso largo y doloroso. En su corazón libraba una batalla entre el deseo de una vida nueva y la atracción por el pecado. Y mientras eso pasaba su madre no dejaba de rezar por su conversión.

El momento cumbre ocurrió en el jardín de su casa en Milán cuando escuchó una voz que le decía: “Toma y lee”. Abrió al azar la Biblia y leyó: “Nada de comilonas ni borrachera, nada de lujuria y desenfreno… revestíos del Señor Jesucristo y no busquéis satisfacer los malos deseos de la carne”. (Romano 13,13-14).

En ese momento, San Agustín decidió entregarse por completo a Dios. En el año 358 fue bautizado por San Ambrosio junto con su hijo Adeodado.

Poco después regresó a África, fue ordenado sacerdote y luego obispo de Hipona. Desde ese momento se dedicó a predicar, escribir y servir a la Iglesia. Sus libros, en especial Las confesiones y La Ciudad de Dios, han marcado la espiritualidad cristiana.

El 28 de agosto del año 430 fue el último día de vida de San Agustín, el protector de los débiles, el ángel combatiente de la Iglesia, el pastor de almas. San Agustín, con su vida y con su ejemplo, sigue fecundando los espíritus y corazones. Su legado perdura como el de un hombre que buscó intensamente a Dios y cuando lo encontró descansó en Él.

Amar a Dios

Amar a Dios con San Agustín

Cuando elegí escribir este artículo le pregunté a un sacerdote que me acompaña espiritualmente qué leer. Me envió casi enseguida el libro Amar a Dios con San Agustín, de José Antonio Galindo Rodrigo. Comencé a leerlo ese mismo día.

El autor, agustino recoleto y profesor universitario, ha dedicado gran parte de su vida al estudio del pensamiento de San Agustín. Este libro es una guía espiritual profunda y cercana que nos invita a recorrer el camino del amor a Dios de la mano de San Agustín. Está compuesto por dieciséis capítulos que abordan aspectos clave de la vida espiritual cristiana.

Todos los capítulos me hablaron al corazón. Cada uno es como una pausa espiritual, una oportunidad para verse por dentro y dialogar con Dios de una forma tranquila y muy cálida. Tiene meditaciones breves que giran en torno a las frases célebres de San Agustín. De esa forma el autor despierta el deseo de amar a Dios con todo el corazón, la mente y el alma.

Asimismo, convierte la enseñanza de San Agustín en materia viva, aplicable al día a día y lo presenta como un compañero espiritual, alguien que comprende nuestras dudas, anhelos, caídas y búsquedas.

Dios es el descanso del corazón inquieto

El autor presenta el amor a Dios no como un deber, sino como un anhelo que está dentro de nosotros por siempre. A través de San Agustín nos recuerda que Dios no es una idea lejana, sino el descanso del corazón inquieto, el origen y el destino de nuestras preguntas más profundas.

Definitivamente que este libro es ideal para quien desee adentrarse en el pensamiento de San Agustín. Además, es una herramienta para la oración personal, para momentos de retiro o acompañamiento espiritual.

Las moradas de mi alma

Me vi reflejada en muchos capítulos, pero los más intensos fueron el de la lucha contra el mal y el de las motivaciones e intenciones.

Mientras leía pensaba en Las Moradas de Santa Teresa de Jesús, y sentí que mi alma también albergaba “moradas que no me gustaban” y que solo yo conocía. Me repetía: “Dios, Tú también las conoces. Por favor, trabaja dentro de mí, que sabes lo que tengo que cambiar”.

la herida

Mi lucha con San Agustín

San Agustín dejó de parecerme un santo lejano y comenzó a hablarme desde mis propias búsquedas.

A medida que avanzaba en la lectura, sentía profundamente esa misma lucha de este hombre, mis batallas interiores. Su búsqueda se parecía a la mía. Su deseo ardiente de Dios también habitaba en mí. Y crecía.

Como escritora, una de mis grandes luchas es mantenerme humilde. El libro me confrontó con una verdad profunda: «El enemigo de la humildad es la maldad de la soberbia. La humildad verdadera supera la egolatría, nos abre a la gracia y nos permite amar a Dios como Él merece».

Amar con San Agustín

Cada capítulo me invitaba al silencio, al recogimiento, a mirar hacia adentro. Sentía como si el autor me tomara de la mano y me llevara con San Agustín a una travesía por mi propia alma.

Al terminar el libro, le escribí al sacerdote: «Padre, gracias por recomendarme este libro. Me fui escudriñando… enfrentándome con cosas que están en mi corazón pero que uno como que las soslaya. Cosas que debo trabajar, que debo mejorar. Pero al internalizar también veo cuánto he avanzado desde mi encuentro profundo con Dios, hace seis años.

Eso me ha calmado. Aunque aún quedan muchas inquietudes sé que el único camino para lograr el descanso de mi alma es estar cerca de Dios».

Padre, gracias, porque al leer el libro la frase célebre de San Agustín cobró vida en mí: «Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti». Así lo sentí. Así me sigue ocurriendo en esta lucha constante por ser mejor.

El libro invita a la oración y al silencio interior, no solo es una lectura sino una experiencia de fe. 

requisitos para el cielo, la hora del amor

San Agustín iluminó mi camino interior

Si San Agustín, con todas sus pasiones desbordadas, pudo cambiar y encontrar la paz, también nosotros podemos hacerlo. Él es un testimonio de esperanza: buscó una y otra vez, no se rindió… y en Dios halló el descanso.

Si sientes tu corazón inquieto o estás en un momento de búsqueda espiritual, Amar a Dios con San Agustín puede ser una luz en tu camino. Como lo fue en el mío.

Para cerrar, te dejo las preguntas que aún resuenan en mí:
¿Cuál es tu sentir de la frase célebre de San Agustín? ¿Cuáles son las inquietudes que te despiertan el alma? ¿Qué te mueve?  ¿Dónde buscas descanso?


Escrito por

Tere Domínguez

Panameña. Periodista. Autora de varios libros. Instagram: teredominguezo www.teredominguez.com

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COMENTARIOS

  1. Muy bueno Tere
    San Agustin!!!! ruega por nosotras y por que crezcamos espiritualmente muy unidas a Dios que es donde «descansa nuestra alma»

  2. marta estela dominguez de mata dice:

    Muy bueno Tere
    San Agustin!!!! ruega por nosotras y por que crezcamos espiritualmente muy unidas a Dios que es donde «descansa nuestra alma»

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