Llevar a los oyentes a conocer personalmente a Jesucristo, a conversar con Él, a asimilar su mensaje y ponerlo en práctica en su vida cotidiana

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Pausas para el Alma

Hablando de la destrucción del Templo de Jerusalén y de los últimos tiempos, el Señor nos hala de la verdadera muerte.

La herida, tanto física como anímica, es parte de nuestra experiencia humana. No podemos ignorarla o disimularla; necesitamos integrar esa herida. Si la ocultamos o negamos, queda estancada. La esperanza nos impulsa a presentar esa realidad a Dios para que Él la transforme.

A Jesús le interesa mucho que le cuentes tú vida: padres, hermanos, amigos, estudio, deporte, aficiones, enfados, etc. De esa conversación salen cosas interesantes. Verás todo como lo ve Él.

Lo mejor para ganar en humildad es la sinceridad. El orgulloso oculta sus defectos y exagera las virtudes, se excusa o echa la culpa a los demás, etc.

Cunado nos confesamos podemos aprovechar a fondo ese momento de misericordia

En la fiesta de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, que se celebra el 9 de noviembre, se recuerda a los santos San Juan Bautista y San Juan Evangelista, a quienes está dedicada la basílica. Esta celebración también honra a Cristo Salvador, el santo patrón original de la basílica, a los apóstoles y a la libertad de culto obtenida por los cristianos en sus inicios. 

La virtud de la esperanza nos impulsa a mirar más allá de esta vida terrenal hacia la promesa de la vida eterna. En el Credo, proclamamos nuestra fe en la resurrección de la carne y en la vida eterna, afirmando que nuestra existencia no termina con la muerte, sino que continúa en el cielo, en plena comunión con Dios. Esta esperanza nos sostiene en las dificultades y nos da fuerza para perseverar en el camino cristiano.

Los que más saben de omo es su hijo son los padres, porque son los que más les quieren.

Clase 6 del Misterio de la Redención.

🕊️ Sanar Heridas: El Bálsamo de la Misericordia. Cómo el perdón trae la paz al corazón atribulado