“Se acercó un jefe de los judíos que se arrodilló ante él y le dijo: -Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá. Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.”
(Mt 9, 18-19).
Esto aparece hoy en el evangelio y pienso, Jesús, en las veces que como sacerdote he impuesto la Santa Unción de los Enfermos. Siempre que me acercó a administrar ese sacramento, lo hago con sorpresa, con admiración, consciente -lógicamente- de mi poquedad.
Debo de admitir que siempre me pongo un poquito nervioso, porque uno no sabe en qué condiciones va a estar el enfermo, en qué condiciones van a estar los que acompañan al enfermo.
Y, siempre, me sorprende la acción del sacramento. ¿Qué pasa en el alma cuando se recibe la unción de los enfermos? Eso es un misterio. ¿Qué pase en el alma y en el corazón de los familiares que están allí presentes? Yo no lo sé, Tú sí lo sabes, Señor.
Es verdad, esta niña que aparece en el evangelio, no es que esté enferma, es que está muerta. Pero, después de resucitar, ¿a quién va a ver? A Jesús. Yo pienso que esto es el sacramento, está la gracia del sacramento.
La gracia del sacramento es que podamos ver a Jesús. La gracia del Sacramento es que podamos, Señor, recibir tu mirada y que tú nos toques. Eso es lo que pasa hoy en el evangelio. eso es lo que dice el evangelio de hoy.
MIRADA DE JESÚS
Cuando echaron a la gente, se ve que Tu Señor encontraste allí muchos nervios y dijiste a las personas: – Por favor, se me salen de aquí.
“Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano y ella se levantó.” (Mt 9, 25).
Entonces, fíjate que aquí hay dos cosas muy bonitas: las manos de Jesús, la mirada de Jesús. La mirada de Padre, la mirada de Tu Padre, porque a eso viniste, Señor, a traernos el amor de Tu Padre, del Padre Eterno.
Ese es el Sacramento de la Unción de los Enfermos, cuando el sacerdote, como ministro de la Iglesia, se acerca siendo Jesús, haciendo las veces de Jesús, para mirar al paciente que puede ser una persona enferma o puede ser una persona de edad también. ¿Verdad?
Se acerca, sobre todo, con el ánimo de llevar el cariño de Jesús, la mirada de Jesús, Eso es lo que yo siempre te pido, Señor, cuando me acerco a administrar el Sacramento de la Unción de los Enfermos, que te vean a ti, que te reconozcan a ti, porque uno, ¿quién es? Pues, no sé. Humanamente… mejor que en esos momentos se acerque un médico, ¿cierto? Pero quien se acerca es un sacerdote.
Bueno, Señor, meditamos en este rato de oración sobre el Sacramento de la Unción de los Enfermos. Que tiene como fin, ¿cuál? Conferir la gracia, una gracia especial al cristiano, para que la experimente, en el momento de mucha dificultad que tiene fruto de su enfermedad grave o de su vejez… Pues, que experimente esa gracia que da el Cielo, quedas Tú, Señor, que nos alcanzaste esa gracia desde la cruz.
MOMENTO PARA RECIBIR EL SACRAMENTO
¿Cuándo es momento oportuno para recibir el Sacramento de la Unción de los Enfermos? Cuando uno está en peligro de muerte. No en cualquier caso de enfermedad. No es que me dé un dolor de cabeza o un dolor de estómago y que rápidamente yo llame, para que me pongan la Unción de los Enfermos y como es un sacramento, pues va a ser una cosa “mágica” y me voy a curar, no, no.
Es cuando estoy en peligro de muerte, cuando la enfermedad acarrea un peligro de muerte o también cuando está presente la vejez. Cuando pidas y solicites para ti o para un familiar o para un amigo, la Unción de los Enfermos no te extrañes que el sacerdote te pregunte: ¿Cuántos años tiene? ¿Qué padece? ¿Qué ha dicho el médico? ¿En qué condiciones está? ¿Él la quiere recibir? ¿Está consciente?
Bueno, hay que hacer una serie de preguntas. Las mismas preguntas que harías Tú, Señor. Cuando una persona te abordaba y te pedía algo, Tú le preguntabas: ¿Dónde está? ¿Qué le pasó? Vamos para allá… vamos para allá.
Lo importante es la presencia de Jesús, ahí, delante de esa persona, para darle su gracia, mirarla, tocarla con su mano.
Cada vez que un cristiano cae gravemente enfermo, puede recibir la Unión de los Enfermos. Es un sacramento que se puede recibir varias veces. Yo he conocido varias personas que lo han recibido en múltiples ocasiones, tres, cuatro… Porque han sido operadas varias veces, han estado gravemente enfermas y porque solicitan la Unción de los Enfermos y se les puede administrar.
Lo importante es cuando hay enfermedad grave o cuando la edad es considerable.
LO ESENCIAL Y EFECTOS DEL SACRAMENTO
¿Qué es lo esencial de la celebración del Sacramento de la Unción de los Enfermos? Que se unja al paciente, él o ella, en la frente y en las manos.
Es muy bonito, Señor, cuando hay un anciano enfermito que está cubierto con una manta, yo siempre le pido a los familiares que necesito descubiertas sus manitos y muchas veces están conectadas a un catéter o están allí escondiditas… Entonces, exponen las manos y también se unge al paciente en sus manos. Es muy bonito, muy bonito y así recibe la gracia del sacramento, en la frente y en las manos.
Y, ¿cuáles son los efectos? Podemos mirarlo también, meditarlo y pedirle al Señor la gracia de, si está en su voluntad, puedes recibir este sacramento, ¿por qué no?
¿Cuáles son los efectos? La Unión del enfermo a la Pasión de Cristo. No solamente para su bien, sino para el bien de toda la Iglesia, porque por la comunión de los santos, toda la Iglesia recibe la gracia también.
Por eso, el primer efecto es la unión del enfermo con Cristo en su Pasión. Después, el consuelo, la paz y el ánimo para soportar los dolores de la enfermedad, el sufrimiento de la enfermedad o de la vejez, también.
Se recibe el consuelo y la paz y el ánimo. Un efecto importante, el perdón de los pecados, si el enfermo no ha podido confesarse, porque está inconsciente, no puede hablar, no está en condiciones de decir cuáles son sus pecados.
Entonces el Sacramento de la Unción de los Enfermos perdona sus pecados. Señor, yo te digo en este momento y te pido que, ojalá, conscientemente yo pueda antes de caer enfermo e inconsciente, pedirte perdón en el Sacramento de la Penitencia.
Ojalá, Señor, lo pueda hacer conscientemente, decirte: -Señor, mira, en este momento la enfermedad o vejez, te pido perdón de estas faltas, de estos pecados. Pero bueno, será Tu voluntad.
Otro efecto, dice el sacramento también, e incluso el rito, dice que puede generarse el restablecimiento de la salud corporal. Pero, aceptando la voluntad de Dios, si eso conviene al bien espiritual de la persona también.
Finalmente, la preparación para la vida eterna. El paso de este mundo a la vida eterna. Esto es un trámite, esta vida es un trámite y qué bueno, Señor, como hijos tuyos, como cristianos tener la posibilidad, cuando estemos enfermos o viejitos, de recibir la Unción de los Enfermos. Será una gracia tuya.
Acudimos a la Virgen, Nuestra Madre, ella es Madre de Misericordia. La Virgen nos dio ejemplo de aceptación de la voluntad de Dios y de fortaleza en el sufrimiento. Pues a ella, le pedimos que interceda por los enfermos y por aquellos que los acompañan, para que sean como la Virgen, fuertes y que tengan ánimo en ese sufrimiento y se unan al dolor y a la Pasión de Cristo.
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