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SAL Y LUZ

Dice el Evangelio: “Vosotros sois la sal de la Tierra”. La manera como nos describe Jesús.

Hoy vamos a oír en el Evangelio de la Santa Misa esa frase tan conocida de Ti Señor:

“Vosotros sois la sal de la Tierra”

(Mt 5, 13)

y un poquito más adelante:

“Vosotros sois la luz del mundo”

(Mt 5, 14)

sal de la tierra luz del mundo

es una imagen muy gráfica la que Tú escoges Señor para describirnos, para indicarnos cómo esperas que seamos y  cada vez podemos sacarle un poquito más de contenido a estas imágenes, que distrito es el papel que cumplen tanto la sal, como la luz, en realidad sólo notamos su ausencia o su presencia cuando falta o cuando se han echado en exceso.

Cualquier plato condimentado con sal, yo creo que a todos nos gusta, pero pocas veces comentamos que bien está esta sal, más bien, lo decimos del plato en general y en cambio, si no le han echado sal, pues aquí en el Perú le decimos está chuma, está insípido, si se ha pasado decimos que está salado y a veces no se puede comer.

Lo mismo la luz, tiene un papel que nos facilita la vida, nos da seguridad, nos permite estar cómodos y si falta pues hay problemas y ya en sentido lato incluso, la electricidad, pues ya no podemos cargar las baterías y si está en exceso como es cuando uno, pues no lo debe hacer, pero mira al sol pues efectivamente se le quedan los ojos pues cegados por ese exceso de luminosidad.

QUE SEAMOS HUMILDES

Entonces, Tú Señor, nos pides que nosotros también tengamos ese papel discreto, que nos lleve a aportar sin llamar excesivamente la atención sobre nosotros mismos.

Justo leía una anécdota que quiero compartir, el primer faro se edificó en Inglaterra en las cercanías de Plymouth, allá por el año 1700, casi todo él había sido construido en madera, su autor Westley estaba muy orgulloso de su obra, tanto que se permitiera llamarla “la obra de Westley, el mejor arquitecto de Inglaterra”, cosa que este autor hizo grabar en el faro, como un desafío al mar delante del cual estaba, pero una noche, cuando se encontraba en la torre, una terrible tempestad se desencadenó, tan gigantescas fueron las olas, que al cabo de poco tiempo se hundía el faro y desaparecía entre las aguas su autor.

SI EL SEÑOR NO EDIFICA LA CASA EN VANO SE FATIGAN LOS QUE LA CONSTRUYEN

Sal y luz

Transcurridos unos años se encargó la construcción de un nuevo faro a un arquitecto llamado Smeaton lo hizo en granito y quiso grabar en la piedra las palabras del salmo:

“si el Señor no edifica la casa, en vano se fatigan los que la construyen”

Termina la anécdota diciendo, duró el nuevo faro cumpliendo su cometido de hacer señales a los barcos sin necesidad de reparaciones, unos 100 años y luego reparado hasta nuestros días.

Bueno es creo evidente el mensaje de esta anécdota, uno que había puesto mucho énfasis en su protagonismo, en su aporte, en su capacidad y el otro que había puesto énfasis en la fortaleza de Dios.

Si el Señor no edifica la casa en vano se fatigan los que la construyen.

Y entonces el mensaje y el redondo, cuando vemos pues que aquella obra magnífica del arquitecto que quería pasar a la historia a toda costa, pues termina en ruinas, mientras que el segundo pues dura hasta nuestros días, según este autor en el libro historietas catequísticas de Drinkwater.

QUE HABLEMOS CON NUESTRAS OBRAS

 Bueno creo que sí que nos sirve a nosotros tus hijos Señor cuando estamos leyendo este evangelio: “vosotros sois la sal de la Tierra vosotros sois la luz del mundoy creo Jesús que Tú esperas que nosotros hablemos con nuestras obras principalmente de la verdad y del bien, como Tú has hecho y no tanto de nosotros mismos.

 De manera que la obra bien hecha se pueda atribuir en el fondo en definitiva a Ti, nosotros te ayudamos y y así como Tú le  cedías  como que el protagonismo a Dios Padre, nosotros también lo hagamos así.

QUE NOSOTROS PASEMOS DESAPERCIBIDOS

No se trata de bajonearnos, creo que todos lo entendemos bien, pero sí de ser conscientes de que tenemos una tendencia a poner un énfasis a veces exagerado en nosotros mismos.

Vamos a procurar como la sal pasar desapercibidos, pero cumpliendo el rol de condimentar y como la luz cumplir nuestro papel pero sin cegar y tampoco sin exigir demasiado a los ojos porque sea muy escasa.

Y entonces seremos personas que no nos damos importancia, que no estamos buscando llamar la atención, pero que sí que estamos haciendo lo mejor que podamos y entonces se generará a nosotros ese ambiente que se podrá comparar con la comida bien sazonada o con la habitación bien iluminada; que es un ambiente agradable entonces.

Que se está a gusto con cada uno de nosotros cómo se está a gusto contigo Jesús. 

Bueno la gente quizás no se lleve tanto una referencia de nosotros mismos en cuanto que de Ti Señor, o en todo caso de la verdad y del bien y así es mejor.

Me acuerdo mucho de un sacerdote mayor con el que tuve la suerte de vivir largos años y aprendiendo de él, que me decía, que él pensaba que en las cosas de Dios, en las ceremonias litúrgicas, en una misa, en una confesión, cuanto menos se note el sacerdote mejor, me decía, porque se notará más a Dios.

O sea, cuanto menos se nota el sacerdote, esto me ha quedado como una referencia, vamos a pedirle a la Virgen María que nos ayude a ser así como Tu Señor nos describes, sal del mundo, luz de la Tierra.

 


Citas Utilizadas

2 Corintios 1, 18-22

Salmo 118

Mateo 5,13-16 

 

Reflexiones

Ayúdame a ser sal y luz en la Tierra, para luego gozar de la luz de Tu presencia Señor.

Predicado por:

P. Luis Andrés

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