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P. Juan

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MOVIENDO MONTAÑAS CON LA FE

Jesús dice a sus apóstoles que si tuvieran fe como un grano de mostaza nadas les sería imposible.

El evangelio de la misa de hoy, nos cuenta que hay un padre de un chico muy angustiado, casi desesperado, porque su hijo está endemoniado y resulta que en esa aflicción lo llevó a los apóstoles, pero éstos no podían curarlo y entonces es que se encuentra con Jesús y le pide otra vez insistentemente, pareciera como con dolor: Señor, ten piedad de mi hijo, que es epiléptico, dice esta traducción y está muy mal frecuentemente cae en el fuego y también en el agua, les pedí a tus  discípulos pero no lo pudieron sanar.

Tu reacción inicial, Señor es como de queja,

“Generación incrédula, perversa hasta cuándo estaré con ustedes, hasta cuándo tendré que soportar, traiganmelo  aquí”

(Mt 17,17)

y entonces Jesús, increpó al demonio y salió del niño y desde ese momento quedó sano.

LA FE MUEVE MONTAÑAS

fe

Habrá sido toda una escena como lo serían todas estas en los que echaba el Señor el demonio de una persona y después de esa tensión, de primero el intento fallido con los apóstoles, después de esa queja tuya después de que el niño quedó sano, los apóstoles preguntan:

“¿Y por qué no pudimos expulsarlo nosotros?”

(Mt 17, 19)

y tu respuesta Señor:

“porque ustedes tienen poca fe, les aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña trasládate de aquí allá y la montaña se trasladaría y nada sería imposible para ustedes”

(Mt 17, 20)

Y la verdad Señor que para creer tus palabras necesitamos fe y te la pedimos ahora, que hacemos este rato de oración: Dame la fe para creer que si yo tengo esa convicción, ese asentimiento interior a tu palabra, sí creo que puedes actuar, realmente lo harás y probablemente no se tratará de echar demonios.

Talvez haya un exorcista haciendo que la oración, que tenga esa misión, pero probablemente lo que tengamos que hacer es transitar con fe situaciones distintas, situaciones de vida en las que la fe nos cambia todo y hace mover montañas.

SANTA TERESA BENEDICTA DE LA CRUZ

Edith Stein

 Al fin de cuentas mueve montañas.

 Y pensaba en unos ejemplos que me venían un poco de repasar algo de la historia de Edith Stein que es la santa que hoy celebramos, Santa Teresa Benedicta de la Cruz, ese es el nombre que tomó, esa mujer filósofa, muy inteligente, judía, que entró en la orden carmelita.

 En su biografía que termina con ella mártir en un campo de exterminio, en Polonia durante la Segunda Guerra Mundial hay todo un transcurso en el que va descubriendo justamente la fe y llega a convertirse y a pedir el bautismo.

BUSCAR CONTINUAMENTE EL TRATO CON EL SEÑOR

Para que se pudiera dar ese paso y convertirse en la fe hubo tres momentos que le ayudaron mucho: el primero, parece algo banal fue cuando una vez entró a una iglesia una señora, ella estaba ahí y esta mujer se arrodilló, parece que venía de hacer las compras, rezó y se fue. 

Y este hecho sin mayor trascendencia, a la santa que celebramos, Edith Stein, le impactó, porque ella estaba acostumbrada a ir a la sinagoga, hacía un rito, pero esta  mujer lo que vio es que tuvo como un momento de conversación con Dios, un encuentro y siguió con sus cosas en medio de la vida.

Como queremos hacer ahora nosotros Señor, detenernos o quizá más o menos detenernos porque ahora uno va en el auto, está haciendo la cama, en este momento y a la vez buscar tener un momento de trato con vos Jesús.

FE A PRUEBA DE TODO

El segundo fue cuando una amiga suya perdió a su marido en la guerra, lo mataron, que era también amigo de ella, este hombre que falleció y le impresionó cómo sobrellevó eso su amiga, al quedar viuda, ese dolor con  la fuerza de la fe, aceptando siguiendo adelante, fue una fe vivida en un  momento difícil y de prueba. 

Y finalmente estando en casa de otros amigos, con el paso del tiempo cuando se leyó la autobiografía de Teresa de Jesús; Santa Teresa, y eso fue lo que determinó su conversión.

SANTA TERESA DE JESÚS

El relato de esa vida entregada a Dios.

Y pensaba porque esto tiene que ver además de encomendarnos a la santa de hoy, para este rato de oración, para que nos ayude a tener fe y quizá para pedirle algún favor hoy que es su día.

También porque son como tres eventos, donde se ve la fe, en mayor o menor grado, una persona que va a rezar en medio de sus actividades diarias, una persona que afronta un momento de dificultad y de cruz abrazándose a la fe y llevándolo de la mano de Dios con una visión sobrenatural y una persona que cuya vida  es de una santa:  Santa Teresa de Jesús y gran santa, como de alguna manera su recorrido fiel a a un llamado a una vida vivida con Dios, que movió montañas también.

VIVIR LA FE EN LA COTIDIANIDAD

Y por eso hoy podríamos preguntarnos más allá de milagros o de echar demonios, cosas que por ahí no son tan del día a día, sí como yo estoy transitando y mi cotidianidad con fe, donde se manifiesta o Señor ahora que me estás pidiendo esa fe  pensaba estos tres cosas:

– Rezar en mi día a día, que hace falta fe para frenar y rezar y buscar a Dios creo que es de las manifestaciones más evidentes de fe, acudir al Señor, darle tiempo. 

– Buscar así Jesús crecer en mi relación con Vos, aunque tenga que acomodarme un poco en el día, como se escapaba y para rezar en una iglesia.

– Cómo afronto las situaciones de dolor, si las estoy  sabiendo llevar con una mirada de fe, procurando ver Señor tu voluntad ahí, buscando ahí la gracia, quizá la unión como Jesús en la cruz.

– Y por último, con un deseo quizá más amplio, que en nuestra biografía también este obviamente marcada por la fe, que pena sería sí teniendo este don tan grande, nuestra vida, si alguien la escribiera no se notara que esta persona la guió,  la impulsó, la sostuvo su fe.

Eso queremos Señor y lo vamos a pedir hoy por intercesión de esta Santa Teresa Benedicta de la Cruz, que nos ayude a nuestras pequeñas conversaciones, a  vivir con la fe y ayúdanos Jesús a eso, que nuestra fe sea al menos también del tamaño de un grano de mostaza.

 

 


Citas Utilizadas

Deuteronomio 6, 4-13

Salmo 17

Mateo 17, 14-20

 

Reflexiones

Señor, aumentame la fe, que sepa ver siempre y en todo tu voluntad. 

 

Predicado por:

P. Juan

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