ESCUCHA LA MEDITACIÓN

MARÍA: ESTRELLA DE LA MAÑANA

Aprovechando un texto del nuevo doctor de la Iglesia, san John Henry Newman, se comenta la letanía Estrella de la mañana, que se aplica con gran propiedad a María. Elevar la mirada hacia la Virgen, que vivió las limitaciones del mundo material: nos dará esperanza, consuelo, paz, y sobre todo, nos llevará a Jesús, que es el Sol.

Comenzamos este rato de oración algunos días después de la Fiesta de la Asunción de la Virgen y vamos a seguir con la estela, podríamos decir así, de esta gran solemnidad de la Iglesia, de nuestra Madre, para continuar hablando sobre ella. 

Y nos vamos a servir de un texto de san John Henry Newman, una de las figuras más destacadas del catolicismo británico, un teólogo brillante y uno de los conversos más influyentes de los últimos siglos, cuyo nombramiento como doctor de la Iglesia Universal fue aprobada la concesión de ese título por el Papa León XIV a fines del mes pasado. 

Y san John Henry Newman, comentando las letanías de la Virgen, del Rosario, dice,

que en este mundo de la vista y de los sentidos, se pregunta ¿Cuál será la manera de representarnos simbólicamente los esplendores de ese mundo superior que se encuentra más allá de nuestras percepciones corporales? ¿Cómo podremos representarnos aquí, ese mundo del cielo? 

LAS ESTRELLAS DEL CIELO Y LAS FLORES DE LA TIERRA

Y se pregunta también ¿Cuáles serán las señales y las promesas más verdaderas, por pobres que sean, de lo que esperamos ver de hermoso y de singular en el más allá? Y se responde diciendo, sean las que sean, seguro que la Santísima Madre de Dios puede reclamarlas como suyas. 

Y así es en realidad. Dos de esos símbolos se le atribuyen como títulos en las letanías. Uno es las estrellas del cielo, y el otro símbolo las flores de la tierra. Y san John Henry Newman dice que

María es al mismo tiempo Rosa mística y Estrella de la mañana. Y de esos dos, explica que son muy apropiados, le parece a él que el de Estrella de la mañana es el que mejor le sienta a María. 

Y eso por tres razones, que va a explicar ahora.

La primera, porque la rosa es de la tierra, mientras que la estrella está colocada en lo alto del cielo. María ya no tiene parte alguna en este mundo de aquí abajo, es decir, actúa aquí abajo pero no tiene ya un lugar físico podríamos decir. 

María estrella de la mañana

TAN BRILLANTE COMO UNA ESTRELLA 

Y sigue san John Henry Newman,

a las estrellas del cielo no les afecta el cambio ni la violencia del fuego, del agua, de la tierra o del aire. Se hacen visibles, siempre brillantes y maravillosas, en todas las partes del globo y a todas las razas humanas.

Esa es la primera razón por qué le parece a él que le sienta mejor a María, Estrella de la mañana, que Rosa mística. 

En segundo lugar, porque la rosa tiene una vida efímera. Su decadencia es tan cierta como grácil y fragante su mediodía. Es decir, la rosa, sabemos que tiene varias floraciones, que las floraciones duran un tiempo, pero luego se agosta la flor, se le caen los pétalos. 

Pero María, explica san John Henry Newman, como las estrellas, permanece para siempre tan brillante hoy y como el día de su Asunción, tan pura y tan perfecta cuando su Hijo venga a juzgarnos como lo es hoy. Entonces la segunda razón, y aprovechamos de venerar a nuestra Madre, a la Virgen, es que ella ya es como las estrellas, que permanece siempre brillante, pura y perfecta en el cielo. 

NOS ANUNCIA EL SOL

Y finalmente es un privilegio de María ser la Estrella de la mañana, como la estrella que anuncia el sol. Dice san John Henry Newman,

ella no brilla por sí misma, ni con luz propia, sino que es un reflejo de su Redentor y el nuestro, lo glorifica. Por tanto, la Virgen como la que nos anuncia, es siempre a través de la que nos llegó Jesús en la encarnación, esa estrella que nos anuncia el sol.

Cuando ella aparece, dice también el santo, en la oscuridad, sabemos que Él está a las puertas. Jesús está a las puertas. Él es el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin. Él viene pronto y trae con él su salario para dar a cada uno según sus trabajos. Sí, yo vengo pronto. Amén. Ven, Señor Jesús. 

Así termina el texto de este doctor de la Iglesia, san John Henry Newman. Y nos alegramos siempre mirando a la Virgen como una estrella. Al mirar las estrellas siempre hay que levantar la vista, siempre hay que mirar hacia el cielo. Al mirar a las flores miramos hacia la tierra. Las flores son hermosas, pero la Virgen lo es todavía más. 

María estrella de la mañana Cristo

NUESTRA OJOS PUESTOS EN MARÍA

Qué bonita esta imagen que nos hace siempre llenarnos de esperanza, porque caminamos en un mundo en el que todo se agosta, en el que todo pasa, todo muere, pero tenemos siempre la vista fija en María, en lo alto, en la Estrella de la mañana, y la estrella de la mañana nos anuncia la llegada del sol. Por lo tanto mantenemos nuestra vista delante de Dios, delante de Cristo, que ella nos preanuncia cada mañana. 

Y por eso en este año jubilar de la esperanza, el estar muy cerca, el vivir muy cerca de María supone para nosotros un camino de esperanza, un consuelo en este mundo en el que sufrimos muchas veces dificultades, limitaciones, pero al mismo tiempo mantenemos la alegría porque nuestros ojos están siempre puestos en María. Ella es el consuelo, ella es la Madre de la esperanza, ella es la que nos llena de alegría en todos los momentos. 

CON AMOR EXTRAORDINARIO

¿Y cómo viviste tú, María, tu vida en la tierra? La viviste con un amor extraordinario en la vida corriente, en la vida ordinaria. La Virgen también, y esto lo dice san Josemaría,

que Dios ha querido ensalzar a su Madre, pero igualmente, si Dios ha querido ensalzar a su Madre, es igualmente cierto que durante su vida terrena no fueron ahorradas a María ni la experiencia del dolor, ni el cansancio del trabajo, ni el claroscuro de la fe

Es decir, la Virgen vivió una vida igual a la nuestra, con dolor, con cansancio, con claro oscuro. Ella tenía siempre su vista, sus ojos fijos en Jesús. Nosotros queremos también, con su ayuda, porque es una criatura, la más santa, la más pura, pero es una criatura como nosotros, con su ayuda, tener los ojos siempre puestos en Jesús. 

Y la fiesta reciente de la Asunción nos recordaba esto, María es llevada a los cielos, se eleva como estrella también de la mañana, se coloca podríamos decir así, haciendo una metáfora, como Estrella de la mañana. Y nos ayuda siempre a elevar nuestra mirada, para que esté bien orientada. Para que aunque suframos y tengamos dificultades en la tierra, teniendo los ojos puestos en ella, podamos vivirla llena de alegría y llena de esperanza. 

Maria estrella de la mañana Venus

ENCONTRARLO EN TODAS LAS REALIDADES DE LA VIDA

Y esa actitud de María nos invita siempre a servir. Recordábamos en el evangelio que leíamos en la Fiesta de la Asunción que María se levantó y marchó deprisa a la montaña, a esa ciudad de Judá, y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel, a su prima Isabel. Ella está siempre disponible para atender a los demás. Ya había concebido en su seno virginal y milagrosamente a Cristo. Pero aún así se pone en marcha, se levanta y va a servir a quien lo necesita. Y pasó tres meses con su prima, atendiéndola, ayudándola porque era mayor. 

La Virgen habrá santificado también cada aspecto de su vida corriente. Habrá encontrado a Dios en todas las realidades materiales y espirituales de su vida. Le podemos pedir también nosotros, ya que eres la Estrella de la mañana, ayúdame a levantar la vista siempre hacia ti, para que me llene de consuelo, para que me llene de paz y de esperanza, y para que sepa santificar, encontrar a Cristo en todas las realidades de mi vida, las que me parecen buenas, las que me parecen negativas, porque en todas puedo encontrar a Jesús y aprender a amarlo como lo amaste tú. 

Estrella de la mañana, ayúdame a levantar la vista siempre hacia ti, para que me llene de consuelo, para que me llene de paz y de esperanza, y para que sepa santificar, encontrar a Cristo en todas las realidades de mi vida, las que me parecen buenas, las que me parecen negativas, porque en todas puedo encontrar a Jesús y aprender a amarlo como lo amaste tú. 


Citas Utilizadas

Jue 9, 6-15

Sal 20

Mt 20, 1-16

San John Henry Newman

Reflexiones

Madre mía, Estrella de la mañana, ayúdame a levantar la vista siempre hacia ti, para que me llene de consuelo, de paz y de esperanza. Que sepa santificar y encontrar a Cristo en todas las realidades de mi vida y aprenda a amarlo como lo amaste tú. 

Predicado por:

P. Cristián

¿TE GUSTARÍA RECIBIR NUESTRAS MEDITACIONES?

¡Suscríbete a nuestros canales!

¿QUÉ OPINAS SOBRE LA MEDITACIÓN?

Déjanos un comentario!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La moderación de comentarios está activada. Su comentario podría tardar cierto tiempo en aparecer.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.


COMENTARIOS

Regresar al Blog
Únete
¿Quiéres Ayudar?¿Quiéres Ayudar?