ESTAR EN PAZ
Me hacía gracia leer este recuerdo de la vida de Don Bosco dice que no lo miraban muy bien desde la política y había una cierta persecución contra él, pero solo San Don Bosco estaba seguro de sí y de su obra, tan tranquilo que una vez muerto de cansancio, se durmió en el mismo despacho gabinete del ministro que lo perseguía.
Había sido llamado para una de esas habituales cuestiones que lo hacían chocar con la política del gobierno, entonces el ministro que se apellidaba Farini, lo amenazaba cerrar por la fuerza los colegios salecianos.
Bueno dice la historia que cualquier otra persona habría temblado y habría estado llena de preocupación en el momento de afrontar el problema, pero Don Bosco entró a la oficina del ministro y se sentó en un sillón y se durmió, dice acá como un bendito; sereno y lleno de compostura, cruzando los brazos y reclinada la cabeza sobre el pecho y entonces cuando el ministro entró en la oficina bastante irritado, pues se encontró con un pobre y cansado campesino, sumergido dice aquí en el sueño de los justos.
LA PAZ INTERIOR ES UN TESORO
Vamos a hablar de esa tranquilidad, hoy Tu Señor, en el evangelio, mencionas esta frase que es tan conocida:
“La paz os dejo, mi paz os doy”;
(Jn 14, 27)
la recordamos todos los días en la santa misa y todos sentimos cuando nos hemos acercado sinceramente a Ti Jesús, que Tú nos das la paz interior y esto es un tesoro.
A mí me asombra las horas que paso cada día confesando, que en la fórmula misma de la absolución de los pecados, Tú has querido que nosotros recordemos que no sólo nos vas a dar el perdón del pecado del que nos estamos confesando, sino la paz porque Tú nos quieres llenos de paz.
“La Paz os dejo, mi paz os doy” ese es tu legado, eso es lo que nos has venido a traer a la Tierra no desde el cielo.
EN LA TORMENTA ÉL ES NUESTRO REFUGIO
Entonces me recuerda esto mucho una expresión que me hizo pensar cuando estaba hablando con otro padre, de problemas de adolescentes porque me había buscado una familia para pedir consejo de cómo tratar a su hija.
Y entonces este sacerdote, que tiene algunos años más que yo y por tanto más experiencia, me dijo que él les decía a los papás cuando le hace una pregunta semejante que ellos tenían que recordar las tormentas en el mar; como por arriba puede correr el viento, pueden caer incluso rayos, puede haber relámpagos, pueden las olas encresparse.
Pero si uno estuviera como que una máscara de buceo y se sumergiera algunos determinados metros, quizás no tantos, el mar estaría con la misma calma de siempre y los pececitos pues si es que se les pudiera ver, probablemente nadando tan tranquilos.
Y esto este padre lo usaba para decir a los papás que no se fijen tanto en lo que haya de conflictivo en la relación con su hijo o su hija adolescente, porque en el fondo es la misma persona de siempre y es mismo hijo o hija cariñoso de toda la vida, simplemente pues que está haciendo más grande, está creciendo.
LA PAZ LES DEJO, MI PAZ LES DOY
Bueno quizás a nosotros también nos puede pasar que vivamos en la superficie donde está la tormenta a veces y entonces claro Tú frase Señor: “La Paz les dejo, mi paz les doy” quiere que nosotros nos demos cuenta de que esto no lo dices para las personas que por ejemplo pueden vivir en un convento, donde me imagino que hay mucha paz, por que en los muros de esa construcción, protegen a la gente las preocupaciones, los ajetreos, el tráfico.
Tú quieres Señor que nuestra alma si estamos en gracia, porque nos esforzamos porque Tú estés dentro, pues mira en la profundidad de Ti, como ese deportista que le gusta el buceo y se sumerge en el mar y entonces en esas aguas profundas percibe que el mar está en calma, aunque cuando se metió en la superficie cuando había tormenta.
VIDA ESPIRITUAL
Entonces esta es la idea, que nosotros seamos personas que tenemos la paz del Señor no porque vivamos como digo encerrados en una torre de marfil, sino porque aunque estemos trabajando, haciendo deporte, estudiando, conversando con personas cercanas se mueva por fuera diríamos el ritmo de las olas, como lo hacen las personas porque todos tenemos cosas que hacer y responsabilidades que cumplir.
Pero con vida espiritual tratando a Dios, siendo una persona que se esfuerza por escucharte Señor, en su conciencia, por hacer un ratito de oración como lo estamos haciendo ahora, por reflexionar sobre una parte de tu vida que nos sirva como ejemplo.
Por ejemplo valga la redundancia sobre estas palabras tuyas: “La Paz les dejo, mi paz les doy”.
Nuestra paz será hasta cierto punto inalterable, porque que estemos como que muy conscientes de quién tenemos dentro y de qué regalo nos has dejado Señor.
Hoy es un día de verdad para saborear este don, valorarlo como algo propio del cristiano, no nos imaginamos al Señor de otra manera.
AYÚDAME SEÑOR A SER SEMBRADOR DE PAZ Y ALEGRÍA
A Tí Señor te imaginemos como una persona serena, que contagia esa seguridad, pues ayúdame Jesús a ser así sembrador de paz, como decía san Josemaría.
Vamos a pedirle a Nuestra Madre la Virgen Santísima, Reina de La Paz que nos ayude a recibir este regalo y a darlo también a nuestro alrededor.
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