A veces se habla de que alguien es como el perro del hortelano, que cuida el huerto, cuida los frutos, las verduras, los frutales, pero no puede comerlos, o sea que ni come él ni come nadie, así es el perro del hortelano.
Y en el evangelio de hoy Señor, le dice a los escribas y fariseos unas palabras muy fuertes.
“Ay de ustedes escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el reino de los cielos. Ni entran ustedes ni dejan entrar a los que quieren”.
Qué palabras más duras, Señor, dirigidas en realidad a quienes tenían una misión muy especial de ser los líderes religiosos, de definir la moralidad de los actos, de atar y desatar. Al menos en su tiempo y en ese sentido, esa misión ha quedado ahora al Magisterio de la Iglesia, a los pastores.
PUERTA O BARRERA
Y ahora en la oración, te pedimos Señor, por todos los que les toca dirimir, tomar decisiones, atar y desatar a los pastores de la Iglesia. Pero también para aplicárnoslo un poco a nosotros este evangelio, y que nos sirva Jesús, tu Palabra, para crecer, para que se transforme en vida, en nuestra vida, podemos pensar con ello ¿cuánto soy una puerta abierta para que otros entren al Reino? ¿O cuánto soy quizá una barrera?
Me acordaba de algo que había estudiado en su momento, se habla de las barreras de entrada y de salida para un negocio. Barreras de entrada, cosas que hay que superar para algún emprendimiento; muchas veces es una inversión inicial, quizá conseguir un lugar, maquinaria, depende de lo que se trate. Y hay barreras de salida porque quizá uno, si sale de algún negocio, tiene que despedir gente y por tanto indemnizarla, o tiene un lugar, una inversión de lo que sea o de máquinas, de un espacio, entonces no es tan fácil salir.
ENCONTRARTE Y CONOCERTE
Para entrar Señor, al Reino de los Cielos, de nuestra parte ojalá pudiéramos hacer lo que esté de nuestra mano para que las barreras sean muy bajas, las de entrada, y que después, ojalá sea, por que las personas, nosotros mismos, te conocen, te conocemos y encontramos en vos lo que ansía nuestro corazón y por el amor, por lo que no queremos ya salir.
Y pensando un poco en negativo, creo que es fácil darse cuenta de actitudes que quizá se nos pueden escapar y que no ayudan para que otros se acerquen a vos Señor, sobre todo quienes por ahí no te tienen tan presente en sus vidas y nos ven como alguien que reza, que va a misa, alguien que si procura tener una relación con vos, Jesús y tiene a Dios muy presente en su vida.
Si los demás nos ven así y actitudes que nos ayudarían, sería si somos muy críticos, si nos ven que nos creemos mejores, si somos rígidos, pensamos que sólo la manera que nosotros vemos las cosas es la correcta, si somos duros con los que por ahí no piensan como nosotros, o incluso objetivamente están en el error.
UNA VIDA MÁS CERCA DE DIOS
Todo eso no es Señor, lo que vos vivías y no es algo que claramente atraiga a vivir una vida más cerca de Dios, a tener una relación con vos Jesús. Por eso podemos hacer un poco de examen si con algunas personas o en algunos ambientes le puede resultar como mi manera de decir, mi manera de juzgar o de hablar, o de hablar de otros, peor, así como crítica dura y como desde arriba, que quizás es un poco lo que le pasaba a los fariseos que se sentían superiores.
Ellos se habían perdido como lo más importante, tenían un conocimiento quizá muy detallado de las leyes, de los preceptos, de lo que había que cumplir, pero después lo vivían de una manera externa y por eso ni ellos recibían el amor de Dios, ni correspondían a ese amor y después también cerraban las puertas a los demás. Juzgándolos indignos o quizá también no inspirando de manera que otros se acercaran.
PUERTAS ABIERTAS
Por el contrario ¿cuáles serían Señor, actitudes que sean como puertas abiertas, que inviten, que animen a otros a acercarse más a vos? Pensaba en primer lugar, si los demás nos ven, que tenemos alegría y paz. Somos personas que transmiten felicidad ,en el fondo. Aunque tengamos los problemas que puede tener cualquiera, nos sentimos agradecidos, felices porque tenemos fe y te tenemos a vos Jesús.
Si procuramos ser positivos, si sobrellevamos las dificultades sin tantas quejas, sin amargarnos, sin tristeza; que la tristeza no es algo que venga de vos. Eso es algo que puede hacer que otros se pregunten, mira cómo esta persona que pasa por estos problemas, los mismos que tengo yo, no pierde la paz y la alegría que tiene. Eso puede ser algo que atrae, indirectamente, después hacia Jesús.
También si somos muy humanos. San Josemaría decía que :
“para ser muy divinos tenemos que ser muy humanos”.
Alguien que tiene humanidad, que tiene corazón, que sabe, dentro de la familia, con los vecinos, con los amigos, involucrarse, ser sensible, ponerse en el lugar del otro, tener gestos de cariño.
BUSCAR UNA RELACIÓN CON JESÚS
Y diría que es algo muy importante que seamos comprensivos con la situación de los demás. Y que lejos de ponernos a condenar, sepamos ver las cosas buenas y ver cómo acompañarlos y ayudarlos.
A que vean que Jesús, vos Señor, tenés un lugar para todos. Aunque haya personas que se alejaron o se encuentran en una situación que moralmente no es la ideal y que tendrán que hacer un recorrido, pero siempre, siempre hay un lugar en tu corazón, Señor. No hay nadie que no pueda dirigirse a vos, tenerte como amigo, buscar una relación con vos Jesús.
Y eso, que bueno si nosotros procuramos demostrarlo. Con que cada vida es teniendo la convicción profunda de que cada vida es valiosa y de que cada persona que está en este mundo puede amar, puede recibir el amor de Dios. Ayúdanos Señor a hacer todo lo contrario de estos personajes que hoy con tanto dolor lo haría. Te lamentas en el evangelio que son hipócritas, que cierran a los hombres al Reino de los Cielos.
INSPIRAR PARA AYUDAR
Ayúdanos a ser sencillos, a ser sinceros, y aunque tengamos también nosotros defectos, que los tenemos todos, podamos inspirar, ayudar a otros a que se acerquen a vos. Y antes de terminar podemos pensar un momentito ¿Quiénes son Señor las personas a las que yo puedo, con mi actitud, con mi cariño, con mi comprensión, intentar acercártelas? Seguro, en primer lugar, rezando por ellos, queriendo a esas personas y después teniendo una actitud que sea Señor, lo más parecida a la que tendrías vos.
Se lo pedimos también a nuestra Madre. Ella que es puerta del Cielo, Ella que está ayudando siempre a todos a que entren al Reino. Ayúdanos Madre nuestra a que podamos meternos también nosotros a colaborar en esa misión tan linda.
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