ESCUCHA LA MEDITACIÓN

A EJEMPLO DE PEDRO

Dios nos ama tanto, que no nos deja huérfanos. Siempre nos regala un padre que nos sirve de ejemplo para seguir a Jesús por amor, también en los momentos más confusos.

COMO PEDRO

El Evangelio de la misa hoy providencialmente, me parece a mí, nos ayuda a meditar estas escenas que hemos vivido en los últimos últimos díashace un día y poco más. Las imágenes de San Pedro con un cielo espectacular en Roma, la cortina que finalmente se abre y sale el cardinal protodiácono diciendo estas palabras que ya se hicieron famosas:

Annuntio vobis gaudium magnum: habemus papam.

Eminentissimum ac reverendissimum Dominum, Dominum Robertum Franciscum Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem Prevost, qui sibi nomen imposuit Leonem XIV.

Les anuncio una gran alegría: Tenemos papa. El eminentíssimo y reverendísimo señor, señor Roberto Francisco Cardenal de la Santa Iglesia Romana Prevost, que se impuso el nombre de León XIV”. Claro, motivo de alegría. ¡Tenemos papa! Y después de haber llorado y rezado con ocasión de la muerte del papa Francisco, nuevamente tenemos un padre, tenemos un papa.

Y te decía que este Evangelio de hoy es providencialmente buenísimo para meditar estas escenas, porque encontramos al Señor hablando del famoso discurso del pan de vida, capítulo 6 de san Juan. Palabras duras, momentos de incertidumbre.

Algunos se habían ya, por así decir, casado con el proyecto del Evangelio, pero resulta que el Señor, cuando les presenta el panorama del aro por el que había que pasar, que es el de comer su carne, que es pan, que es para la vida eterna, resulta que muchos de sus discípulos, cuenta el evangelista, al oírlo dicen:

«Este modo de hablar es duro. ¿Quién puede hacerle caso?».

Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban (porque los caminos de Dios no son nuestros caminos, la lógica de Dios no coincide siempre con esa lógica), les dice: «¿Esto les escandaliza? ¿Y si vieran al hijo del hombre subir donde estaba antes,?

El Espíritu es quien da vida:la carne no sirve para nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de entre ustedes que no creen». (Jn 6, 60-64)

POR LA PROVIDENCIA DIVINA

Esta primera parte del Evangelio de hoy me ayuda muchísimo.  Porque estos han sido días en los que hemos tenido que pedir al Señor: Señor, aumentanos la fe. Ante tanta información de los medios de comunicación sobre los papables, sobre las diferencias políticas o de ideologías radicales que hay entre los cardenales, las tensiones, las teorías, etcétera, etcétera… Pues si uno se ha dejado, aunque sea un poco, llevar por todo aquello, la verdad es que, como dicen ahora, se mete a ruido.

Son días de fe, días para confiar en esa providencia amabilísima de Dios que guía el destino de la Tierra con una amabilidad y con una bondad impresionante. Y lo hemos comprobado cuando hemos visto salir al papa León XIV en ese balcón de la Basílica de San Pedro.

“Y, con todo, hay algunos de entre ustedes que no creen. […] Entonces Jesús les dice a los Doce: «¿También ustedes quieren marcharse?» (Jn 6, 64; 67)

AL EJEMPLO DE PEDRO

Y aquí está la parte bonita también y providencial de este evangelio de hoy, porque Simón Pedro, que sabemos que tiene muchos defectossabemos que es bocón, sabemos que es un poco lanzado y a veces, por lo tanto, imprudente, sabemos que confía a veces demasiado en sus propias fuerzasno podemos negar que tiene un amor inmenso al Señor: Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios». (Jn 6, 68-69)

Obviamente, el Señor sabía quiénes lo iban a traicionar. El Señor sabía que había gente que no había aceptado este el discurso del pan de vida del mejor modo posible. Por supuesto que el Señor sabía que san Pedro lo iba a negar antes de que el gallo cantara tres veces. Y aún así, confía en ese amor que le tiene. Y por eso, el es Pedro, sobre esta piedra el Señor ha prometido que edificará su Iglesia.

EN MANOS DE DIOS

A mí me gustó muchísimo ese discurso inicial del papa León XIV, porque nos recuerda también eso: que Dios, a pesar también de nuestras miserias -que obviamente no las quiere, quiere que mejoremos nos quiere bien. Dios nos quiere»,

Dios los ama a todos ¡y el mal no prevalecerá! Todos estamos en las manos de Dios. Por lo tanto, sin miedo, unidos mano a mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede.(Primer discurso de León XIV, 8 de mayo de 2025).

¿Por qué es tan bonito todo esto? Porque nos habla de que no podemos tener miedo si estamos con Dios. Hay una parte de ese discurso que también me llamó la atención, cuando el Papa dice: Unidos mano a mano, no solamente entre nosotros como una unión universal de fraternidad, sino:Unidos con Dios, y después dice: “y unidos entre nosotros. La unión con Dios es la que facilita, fomenta, da sentido a la unión verdadera entre nosotros. Pero primero, busquemos esa unión con Dios, que Dios ha querido que sea necesariamente a través del cariño que le tenemos al papa, que le tuvimos al papa Francisco, que le tenemos ahora al papa León XIV.

ETIMOLOGÍA DE PAPA

Esta semana resulta que hubo una duda interesante, una duda de ortografía, porque resulta que estábamos conversando sobre cómo se escribe la palabra papa, en mayúscula, minúscula, todo mayúscula, todo minúscula, mayúscula inicial

Resulta que en medio de ese diálogo, alguien pone algo que recibió de una cadena de WhatsApp, supongo, donde proponía que la palabra papa se escribía todo en mayúscula, las cuatro letras en mayúscula, porque la palabra papa provendría de ser unas iniciales.

Podría significar Petri Apostoli Potestatem Accipiens, es decir, el que recibe la potestad del apóstol Pedro, o también esas cuatro letras serían las iniciales de Petrus Apostolus Principem Apostolorum, es decir, Apóstol Pedro, príncipe de los apóstoles.

Pero bueno, en esas estábamos y resulta que me metí en un foro de etimologías, de personas que saben muchísimo del origen de las palabras, yahí todos concordaban en que esto se ha dicho varias veces, pero en realidad todo eso es falso, porque la palabra papa proviene en realidad es del latín papa que a su vez este latín proviene del griego pappas, que significa básicamente papá, papaíto. Y me pareció muy bonito.

 PEDRO CABEZA DE LA IGLESIA

Después, dice que pasó a significar quién hace cabeza en una iglesia, es decir, un patriarca, un obispo. Y después, pasó a significar a quién era el obispo por antonomasia, el obispo de Roma, y por eso al romano pontífice se le dice: papa. Es decir que en el fondo, la confusión entre papa o papá es bastante lógica, porque pareciera que provienen de la misma raíz.

A mí me pareció también una coincidencia muy bonita, un dato no solamente interesante, sino que nos ayuda también a pedirle también al Señor: Señor, danos un corazón con un amor tan sobrenatural que al papa, sea quien sea, lo queramos como un padre.

Es verdad que nuestros padres los queremos muchísimo y tienen como humanos sus defectos, sus limitaciones, sus luchas, como también las tenemos nosotros. Pero eso no quita que los queramos verdaderamente como un padre. Y por eso yo creo que este evangelio de hoy, además que contamos con el ejemplo de san Pedro diciendo: Señor, ¿a quién iremos?

POR LA PROVIDENCIA DE TU AMOR

Nosotros no podemos ir lejos de ti. Que ese ver al papa siendo ejemplo para nosotros de lo que significa el amor a Dios. Esto significa la fe, el abandono, la confianza en la providencia, nos ayude también para tener un cariño más filial al Santo Padre. Quererlo tal cual como un papá, como un papadito, como un niño pequeño.

Lo bonito también de este Evangelio de hoy es que nos recuerda que el Señor no nos deja solos. En estos días hemos visto nuevamente esa providencia de Dios que nos acompaña, que acompaña a su Iglesia, también en los momentos de confusión, momentos en los que nos parece que el mensaje de Dios no lo entendemos con toda claridad. Bueno, sigamos el ejemplo de San Pedro: Señor, a quién iremos. Tú tienes palabras de vida eterna.

La agradecemos, por supuesto, al Señor. Agradecemos la intercesión de nuestra Madre la Santísima Virgen, porque ahora con el Papa León XIV ya no nos sentimos más huérfanos. Tenemos un Santo Padre, tenemos un Romano Pontífice, tenemos alguien a quien queremos como un padre.


Citas Utilizadas

Hch 9, 31-42

Sal 115

Jn 6, 60-69

Reflexiones

Señor Jesús, que sepa confiar siempre en tu providencia divina, sabiendo que tenemos un padre en la Tierra que nos guía hacia Ti..

Predicado por:

P. Rafael

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