IDENTIFICARNOS CON CRISTO
Comenzamos este rato de oración de conversación personal con Dios y como siempre nuestra mirada se centra en Jesucristo; el Concilio Vaticano II, en la constitución Gaudium et Spes, tiene esa frase famosa que dice que: Jesús manifiesta plenamente al propio hombre que descubre la sublimidad de su vocación, sólo conociendo al Señor podemos comprendernos verdaderamente a nosotros mismos y entender la misión a la que Dios nos ha llamado.
De ahí que la vida de todo cristiano suponga identificarse con Cristo, parecerse a Cristo y eso es la santidad, eso es la perfección en el amor, ser Cristo que pasa nuevamente en la humanidad por donde nosotros nos encontramos, en nuestra propia familia, con nuestras amistades, en el trabajo.
Y también al mismo tiempo sabemos que tenemos un principio de oposición que se opone a esa ilusión de parecernos a Cristo, que es la herencia del pecado original que tenemos que ir superando a través de nuestro esfuerzo personal y a través del conocimiento del amor que Dios tiene por nosotros.
Por tanto esa aspiración a cultivar una profunda vida espiritual y a darse con generosidad a los demás proviene del deseo propio de conocer y amar a Dios.
CONOCER Y AMAR A DIOS ES LO QUE DEBEMOS HACER EN LA VIDA
Recuerdo como una anécdota después de terminar o a punto de terminar un curso de retiro, me tocó hablar de mi propia vida espiritual con un sacerdote que tenía ya muchos años y luego de contarle todas mis cosas, él me dijo sencillamente esta frase, “la verdad que conocer y amar a Dios es todo lo que hay que hacer en la vida” uno podría decir en la vida hay que hacer muchas otras cosas, hay que ir a comprar hay que cocinar, hay que atender a las personas, sin duda, pero tenía una verdad profunda, una razón profunda, este sacerdote al decirlo así.
LO ÚNICO QUE VALE LA PENA
Porque todo lo que hacemos en la vida debería ordenarse al conocimiento, cada vez mayor más profundo y al amor a Dios, por qué es lo único que vale la pena, lo único que permanece siempre.
Por otro lado Dios nos conoce sabe cómo somos por eso Jesús le dedicó tanto tiempo a la formación de sus apóstoles, de sus discípulos, de todos los que le seguían; hombres, mujeres, niños y más tiempo dedicó a los más cercanos.
Por eso nos interesa de verdad y se lo pedimos así a Jesús: ayúdame a profundizar en el conocimiento Tuyo, en el conocimiento del Padre Dios y en todas tus enseñanzas, porque debo estar aprendiendo constantemente a hacer el bien.
Si revisamos los evangelios, por ejemplo san Mateo cuenta de un día que salió Jesús de casa y se sentó a la orilla del mar, se reunió en torno a él una multitud tan grande que tuvo que subirse a una barca, se sentó en una barca, mientras toda la multitud permanecía en la playa y se puso a hablarles con parábolas.
Muchas cosas con parábolas, Jesús se puso a enseñar y la multitud del pueblo se puso a oír, se puso a aprender, luego san Marcos en el capítulo 6 cuenta que se marcharon en la barca a un lugar apartado los apóstoles, pero los vieron y muchos lo reconocieron y desde todas las ciudades salieron de prisa hacia allí por Tierra y llegaron antes que ellos, al desembarcar vió Jesús una gran multitud y se llenó de compasión por ella, porque estaban como ovejas que no tenían pastor y se puso a enseñarles muchas cosas.
ABRIR EL CORAZÓN PARA RECIBIR LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS
Como es lógico la enseñanza de Jesús solamente llegaba a los corazones que querían escucharlo, que atendían verdaderamente a la enseñanza que les quería transmitir. También nosotros podemos abrir nuestro corazón y tener la intención el deseo de acoger la enseñanza de Jesús, la palabra de Dios, el conocimiento de Dios cada vez con más atención.
Qué valiosas son las personas que siempre están deseando aprender de lo nuevo y de lo antiguo para sacar lo mejor.
En ese sentido toda la vida de un cristiano, de una cristiana se orienta hacia esa búsqueda de Dios en la Sagrada Escritura porque va leyendo y releyendo esos textos sabiendo que el Espíritu Santo le habla, le inspira y la ilumina para poder aprovechar en su vida cotidiana y para su propia santidad todo lo que está recibiendo.
RECIBIR FORMACIÓN ESPIRITUAL
Muchas personas acuden a recibir formación espiritual a distintos lugares para poder también profundizar en el conocimiento de Dios, entender y amar cada vez más profundamente al Señor.
Otros cristianos y está muy recomendado por la Iglesia acuden con cierta frecuencia al acompañamiento espiritual para llevar ya ese conocimiento de Dios a su vida personal, a su vida diaria y sacar todas las consecuencias positivas para poder llevar la vida de Jesús donde ellos se desenvuelven.
El Papa Benedicto XVI en la encíclica sobre la esperanza; Spes Salvi, decía que el cristianismo no era solamente una buena noticia, una comunicación de contenidos desconocidos hasta el momento. En nuestro lenguaje dice Benedicto XVI se diría que el mensaje cristiano no era sólo informativo, sino performativo, eso significa que el evangelio no es solamente una comunicación de cosas que se pueden saber, sino una comunicación que comporta hechos y que cambia la vida.
El conocimiento de Dios por supuesto, nos lleva a ser mejores personas, nos lleva a profundizar y acoger la inmensa riqueza de Dios, por tanto todo lo que podamos hacer en este ámbito, por adquirir mayor conocimiento del Magisterio de la Iglesia, de la doctrina de Jesucristo, de la enseñanza maravillosa que Jesús nos dejó; está orientado a que nuestra vida sea mejor, a que eso se refleja pues en nuestra conducta delante de muchas personas, para llevarles la buena noticia que hemos recibido de Dios.
Por eso dejemos que el Señor nos vaya ayudando, nos vaya cambiando, como también ayudó a los apóstoles, a las santas mujeres y a todos los discípulos que lo seguían.
SER CRISTIANO, CRECER EN EL CONOCIMIENTO DE DIOS
Vamos y queremos ir identificándonos con Él y para eso conocer a través de la lectura, a través de la oración, a través de la palabra, esa enorme riqueza de este Hombre Verdadero que es al mismo tiempo Dios verdadero y que nos dijo las verdades más profundas de nuestra existencia.
Con gran confianza en Dios podemos pensar en los apóstoles que humanamente eran ignorantes, poco formados muchos de ellos, no todos, pero muchos de ellos llegaron a hacer luego roca para la Iglesia ayudados por el Espíritu Santo, pero también trabajando personalmente por crecer en el conocimiento de Dios.
Eso es ser una persona moderna, el Papa Benedicto XVI decía que ser cristiano no debe convertirse en algo así como un estrato arcaico, que de alguna manera meten y que vivo en cierta medida en forma paralela a la modernidad.
Entonces con nuestras palabras podríamos decir que no es algo antiguo, yo conservo, pero que no tiene nada que ver con este mundo actual. El Papa seguía diciendo:
“ser cristiano es en sí mismo algo vivo algo moderno que configura y plasma toda mi modernidad, que en ese sentido la abraza en toda regla, es decir no hay nada más moderno, actual que acoger la palabra del Señor y crecer en el conocimiento de Dios”.
Podemos pensar en la Virgen Nuestra Madre, ella siempre meditaba las palabras de Dios y conservaba también todas esas palabras en su propio corazón, le podemos pedir a ella que nos lleve a la escuela de su Hijo, que veamos con ojos sobrenaturales esos regalos de formación que Dios nos facilita por medio de la Iglesia y que sepamos aprovecharlos como verdaderamente hijos de Dios e hijos suyos.