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Comunicadora e ilustradora. Amante del arte y la literatura. Instagram: @artifex.notes

4 min

¡Dostoievski tenía razón! Descubre el poder transformador de la belleza

¿Sabías que la belleza, más allá de lo estético, es esencial para la realización personal y nos guía hacia la verdad y la bondad? Al abrazarla (a la belleza), te encaminas a una vida más plena y a la construcción de un mundo mejor.

¿Alguna vez te has preguntado qué puede realmente cambiar el mundo? Dostoievski no dijo «el arte salvará al mundo», sino «la belleza salvará al mundo», ¡y esa diferencia es trascendental!
No se trata solo de admirar una pintura o escuchar una melodía, sino de descubrir aquello que nos conecta con algo más profundo; que nos transforma por dentro… un eco suave de Quien es Belleza, Bondad y Verdad.
Un libro que me encantó (y te recomiendo), «En defensa de la Belleza» de John-Mark L. Miravalle, me hizo reflexionar sobre esto. El autor menciona que la belleza, al igual que la felicidad y el amor, es esencial para que realizarnos como persona. Es parte de nuestro propósito en esta vida.

Buscar la belleza… ¿una tarea?

Buscar la belleza es algo innato en nosotros. Experimentar la belleza es como una mezcla de amor, alegría y entendimiento, algo que nos llena el alma. El libro de Miravalle que te comenté, recuerda que alcanzar la belleza es una tarea personal, una responsabilidad que cada uno de nosotros debe abrazar.
Esto tiene mucho sentido cuando pensamos que fuimos creado a imagen y semejanza de Dios, quien al ver su creación, ¡vio que era hermosa!
Pero, ¿qué significa realmente que la belleza esté dentro de nosotros? Significa que tenemos la capacidad de reconocerla, de apreciarla y de crearla. No se limita a lo que vemos en el exterior, sino a esa chispa divina que nos permite conectar con lo trascendente.
Es como si el alma tuviera un imán para la belleza, atrayéndola hacia todo lo que es bueno, verdadero y hermoso. Pero no solo nos atrae… nos llama, por nuestro nombre.
Y no te equivoques, esta búsqueda no es un lujo, sino una necesidad. En un mundo lleno de ruido, de distracciones y hasta de fealdad, buscar la belleza es un acto de resistencia, una forma de proteger el espíritu y de mantener viva la esperanza.
Es como encontrar un oasis en medio del desierto, un lugar donde puedes recargar energías y recordar lo que realmente importa.

La belleza salvará al mundo

La belleza, ¡también como guía!

La belleza no es solo algo bonito de ver, sino un camino que nos lleva a la verdad y a la bondad. Y la belleza nos atrae hacia lo que es verdadero y bueno.
Estas tres cosas –belleza, verdad y bondad– están conectadas, pero la belleza tiene ese poder especial de despertar las ganas de buscar lo que es bueno y verdadero.
Es como si la belleza encendiera una chispa en nuestro interior, mostrándonos imágenes que emocionan e impulsan a buscar algo más grande, algo que nos complete.
El Papa Juan Pablo II, en su Carta a los Artistas, lo explica muy bien: la belleza es como una forma visible del bien. Los antiguos griegos ya lo sabían y lo llamaban kalokagathía, que significa la unión de belleza y bondad. ¡Incluso Platón decía que «el poder del Bien se ha refugiado en la naturaleza de lo Bello»!

¿De qué manera nos guía la belleza?

Nos da pistas, nos muestra señales, nos abre puertas. Nos invita a contemplar la creación, a escuchar música que te eleva, a leer libros que te inspiran.
Nos rodea de personas que irradian bondad y verdad. Y, sobre todo, nos lleva a descubrir la belleza que hay en nuestro propio interior, esa chispa divina que nos hace únicos e irrepetibles.
Pero, ojo, no te conformes con la belleza superficial, con lo que te venden los medios o con lo que está de moda.
Busca la belleza auténtica, la que nace del corazón, la que te conecta con lo trascendente. Esa belleza que te transforma, que te hace mejor persona y que te impulsa a construir un mundo más justo y más humano.

La belleza salvará al mundo

Transforma tu mirada

La belleza más importante es la que Dios creó para ti. Podemos empezar por apreciar la belleza del arte que Dios nos regaló en la naturaleza. ¿Te has puesto a pensar en eso?
San Agustín nos invitaba a contemplar la belleza de la tierra, el mar, el cielo… ¡todo proclamando «Somos hermosos»! Él decía que estas bellezas fueron creadas por alguien que es Bello y que no cambia.
Qué hermoso es pensar que cada uno de nosotros tiene la misión de hacer de su vida más que una obra de arte, ¡una obra maestra!

¿Cómo?

Transformar la mirada implica aprender a ver la belleza en lo cotidiano, en lo simple, en lo que a veces pasa desapercibido.
Es como afinar el oído para escuchar la música que hay en el silencio, o como entrenar la vista para descubrir los colores que se esconden en la sombra. Es un ejercicio de atención, de gratitud y de asombro.
No te desanimes si al principio cuesta. La belleza está ahí, esperando a ser descubierta. Solo necesitas abrir el corazón, limpiar tus ojos y dejarte sorprender.
Y recuerda que tú también eres parte de esa belleza, que tienes la capacidad de crearla y de compartirla con los demás.
Así que, ¡sal al mundo y transforma tu mirada!


Escrito por

Mabe Andrada

Comunicadora e ilustradora. Amante del arte y la literatura. Instagram: @artifex.notes

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