🎶Here´s comes the sun, I say, it’s alright🎶
HERE´S COME THE SUN
¿Te acuerdas de esta canción…? Un temazo de los Beatles… Here´s come the sun
Habla, habla ante la sorpresa de todos, porque se había quedado mudo y empieza a dar gloria a Dios y hablar de la misión de su hijo, que será el precursor de Jesús, el precursor de El Sol, así lo llama Zacarías.
«Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte. Para guiar nuestros pasos por el camino de la paz, porque nosotros estamos en las tinieblas, en las sombras y viene el sol, qué alegría».
Porque nosotros a veces perdemos la paz, nos angustiamos, nos enfrentamos unos con otros, nos quedamos parados al lado del camino sin saber para dónde ir, perdemos la claridad. Pues ahí viene el sol, ¡qué alegría que viene el sol!
QUE SALGA EL SOL
Hace unas semanas tuve la oportunidad de estar en la Sierra de Jalisco y Nayarit, que son dos estados grandes y hermosos de México.
Ahí hay muchas comunidades indígenas. Es una zona de 240.000 hectáreas en las que están asentadas estas comunidades indígenas.
Fuimos a una en concreto una mañana, a estar con ellos y ayudarles a hacer una cisterna para la captación de agua pluvial.
En esa comunidad no tenían electricidad, y ya empezaba a hacer frío. Estaba oscureciendo muy temprano, y pensaba: qué largas noches tendrán estas personas, ¿sabrán cómo calentarse?… ¿sabrán encender alguna fogata y tener algunas velas para poder caminar y no tropezarse?…
Pero pensando en esas circunstancias, me imaginaba ¡qué deseos de que salga el sol en las mañanas! Para ellos, quizá salga el sol para calentarse un poquito. Para poner a pleno rayo de sol la espalda, la cara, las manos y abrir los brazos para que me bañe el sol y me caliente… ¡Ahí viene el sol!
Esa canción de los Beatles habla precisamente del invierno, que ha sido largo. Parece que son años que no ha estado aquí el sol, y ahí viene el sol, las sonrisas vuelven a los rostros, el hielo se derrite. Ahí viene el sol, qué alegría.
Tu, Jesús, eres el sol. En Ti encontramos claridad, encontramos todas las respuestas, encontramos paz de verdad, encontramos solución a todo, incluso a la muerte.
Porque si estamos unidos a Ti, aunque hayamos muerto, viviremos, porque Tú nos vas a resucitar. Y cualquier sufrimiento que tengamos aquí en la Tierra, si estamos unidos a Ti, adquiere un valor infinito, corredentor.
ABRIR EL CORAZÓN
Nos vamos preparando para tu llegada. Hoy en la noche celebraremos tu nacimiento, y las cosas van a ser distintas, de verdad. Quizá hayamos vivido muchas navidades y seguimos siendo las mismas personas.
Nos ha faltado abrirte más nuestro corazón, Señor, para que nos cambies, para que nuestra vida sea nueva.
Porque Tú vienes a renovarnos. Tú quieres estar con nosotros. Pensamos en san Juan Bautista, que nació y que su padre Zacarías canta en este, con estas palabras: «Qué bueno, qué alegría».
Pero después de sol, hubo silencio durante treinta años, hasta que san Juan empezó a predicar y a preparar el camino para la Venida de Jesús, y luego señala al Cordero de Dios.
Después Tú, Jesús, empiezas tu vida pública, a enseñar, a hacer milagros y a renovar a todas las cosas.
Pero pasaron treinta años y hubo que esperar, tenemos que ser pacientes.
Tú vienes, Señor, pero vienes, vienes poco a poco. Y quizá, a veces, se ralentiza tu venida por nuestra culpa, por mi culpa.
Pensaba en aquel canto de las posadas. En cómo Tú, Jesús, vienes pero te cerramos las puertas, y va la Virgen, San José, el niño que todavía está en el vientre de María, buscando posada.
PIDIENDO POSADA
Y piden posada, y ¿qué responden los de la posada? Aquí no hay mesón, sigan adelante. Yo no puedo abrir, no sea algún tunante.
Esa palabra se utiliza solo ahí en las posadas. Y, ¿qué significa tunante? Tunante significa pícaro, bribón, taimado, que es otra palabra dominguera, que significa bellaco, astuto, disimulado y pronto en advertirlo todo.
Una persona que engaña, una persona astuta que busca su beneficio, están pidiendo posada y dicen de la posada, no, no les voy a abrir, no voy a ser alguien que quiera aprovecharse, no voy a ser alguien que venga a robar, en que venga a hacer algún daño.
Tengo que protegerme y te cierran las puertas, señor. No te abren por miedo, por desconfianza, y a veces yo soy así que no te abro las puertas por miedo y por desconfianza.
Tú me pides que cambie, que me convierta, que sea generoso contigo, que me comprometa, que sepa perdonar, que sepa ayudar más a los demás.
Que sepa crecer en vida interior, comprometiéndome a rezar más. Comprometiéndome a lo que está pidiendo Dios.
A veces no confiamos en Ti, Señor. Pensamos que nos vas a quitar algo de alegría, que desconfiamos.
Ayúdame a confiar para que puedas entrar, para que ese encuentro Contigo pueda ser más rápido, porque a Ti te urge. Quieres encontrarte con nosotros, para eso te haces hombre.
EL AMOR DIVINO
Leí hace poco unas palabras de la Conchita Armida. Una beata mexicana que fue recientemente beatificada. Escribe en uno de sus libros, hablando de Dios mismo, hablando del misterio de la Santísima Trinidad, de la esencia Divina.
Dice: “Dios es amor, en ese éxtasis de amor que Dios tiene en sí mismo, ese éxtasis de amor que Dios tiene en sí mismo, no le impide ocuparse de las almas, porque la sustancia de Dios es amor y el amor se difunde”.
El amor divino se va, se lanza a donde ve algo de la imagen misma de Dios y las almas llevan esa imagen divina. La iglesia es para salvar esas almas y extender en ellas el Reino de Dios y cada cuerpo es templo del Espíritu Santo.
Cada corazón es la ambición de Dios. Mi corazón Señor, es tu ambición. Tú deseas entrar en él. Pues que yo confíe, que yo no sea como esos hombres que piensan que alguien no va a ser un tunante y no le voy a abrir.
Sino más bien nosotros somos los tunantes, no hay que ser tunantes, no hay que ser desconfiados, no hay que ser egoístas, para que tú puedas entrar de verdad en el corazón nosotros somos los tunantes y Tú podrías haber dudado de nosotros podrías haber desconfiado, podrías haber sentido miedo de venir con nosotros porque muchas veces te tratamos mal pues Señor ,
Que yo no te trate mal y que sepa reconocerte también en las personas que están cerca de mí y que me buscan, y que yo puedo hacerles tanto bien.
Ayúdame Señor a saber recibirte esta Nochebuena.
Madre nuestra, ayúdanos a saber descubrir a Tu Hijo que viene y que nos busca constantemente.




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