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P. Rafael

7 min

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GRANDES PROYECTOS

En la fiesta de la dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo, aprovechamos para renovar la confianza en los planes de Dios para su Iglesia y para nosotros. 

¿QUÉ ESTÁN CONSTRUYENDO AQUÍ?

Hace ya muchos siglos, un hombre caminaba por las orillas del río Sena. Ese río que básicamente atraviesa la ciudad de París. Allí vio una construcción y se acercó a ver qué era aquello. Se encontró primero con un hombre, que estaba poniendo ladrillos -cosa nada del otro mundo.

Era ya muy tarde, se ve que estaban al final de la faena, con todo el cansancio que eso implica; pero igual se acercó a preguntarle a uno de los obreros, ¿qué están construyendo aquí? 

El obrero cansado, con ánimo ya de terminar y obstinado le dice : —Yo solo estoy poniendo ladrillos. La respuesta obviamente no le convenció, porque poner ladrillos no es la respuesta a “que están construyendo aquí”.

Entonces decide acercarse a otro obrero más. Y le repite exactamente la misma pregunta: ¿qué están construyendo aquí? 

El hombre también obstinado por el trabajo, por el cansancio de todo el día se burló, y le dijo: ¿pero es que está ciego, no ves que estoy construyendo una pared?

Tampoco es la respuesta a la pregunta. Pero bueno, ya frustrado el hombre se dice ‘bueno, aquí la gente está de mal humor y cansada obviamente’

Pero cuando se dio la vuelta, chocó con otro de los trabajadores que también estaba poniendo ladrillos. Para no perder la oportunidad, le repite la misma pregunta: ¿qué están construyendo?

UNA RESPUESTA CONVINCENTE

Sorprendentemente, este tercer albañil dejó su trabajo, se echó un poco hacia atrás y le hizo señas al hombre para que hiciera lo mismo, (para que se echara un poco para atrás, que se despega de la pared).

Entonces mirando hacia arriba, hacia el Cielo, hacia el vacío básicamente, y le dijo: —Estamos construyendo una catedral.

Esta anécdota se cuenta muchísimo, capaz ya la has escuchado. Y de hecho tiene una fecha, el año 1163. Es decir, que todavía faltan un montón de años para que se termine la Catedral.

Como habrás ya intuido, se trataba de la Catedral de Notre Dame. Por lo tanto ninguno de estos tres trabajadores habrá visto el proyecto de la catedral culminada.

Sin embargo, vemos que hay distintos modos de apreciar el propio trabajo, distintos modos de enfocar el propio esfuerzo. Hay unos que solamente miraban el ladrillo que estaban poniendo, y por eso la frustración.

Hay otros que tenían una mirada un poquito más de conjunto. Quizás pensaban: ‘Estoy haciendo una pared, la verdad es que me da igual qué parte del edificio. Yo estoy aquí concentrado en mi pared’.

En cambio, el tercero pues sí tenía la visión más generosa, más magnánima: ‘Estoy construyendo una catedral. Probablemente yo no la veré, no tengo el plano perfectamente en mi cabeza, pero confío que estoy trabajando para la construcción de una Catedral’.

BASÍLICA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO

Y esta anécdota, tiene que ver con la fiesta que celebramos el día de hoy. Porque hoy en la Iglesia Universal estamos celebrando la fiesta de la dedicación de las Basílicas de San Pedro y de San Pablo.

Es fiesta no por lo bonita que son esas basílicas, que efectivamente lo son y son unas atracciones espectaculares.

Atracciones en sentido de que va mucha gente de todo el mundo a visitarlas. Forman parte de estas cuatro grandes basílicas: las Basílicas Mayores de Roma. Pero es lo que celebramos el día de hoy.

No es tanto que un grupo de hombres con muchísimo talento decidieron construir estas joyas arquitectónicas, estos patrimonios del arte universal, hace ya muchos siglos. Sino que lo que estamos celebrando es sí, es mucho más. 

Si fuese solamente la fiesta de unos grandes edificios, estaríamos también en la Iglesia celebrando la propia dedicación de la Iglesia de Notre Dame para la Iglesia Universal, porque es mundialmente conocida.

O incluso, celebraríamos la fiesta del Coliseo, de la Torre Eiffel o de la muralla China. Obviamente aquí hay mucho más.

Celebramos que estas dos basílicas están dedicadas a dos grandes columnas de la Iglesia: San Pedro y San Pablo.

Pero además, esas dos grandes construcciones allí en Roma, son imagen de algo más. Nos sirven de imagen para lo que Dios quiere hacer en su Iglesia. 

Para lo que Dios quiera hacer con cada uno de nosotros: grandes proyectos, obras, obras maestras. 

proyecto

VISIÓN DE CONJUNTO

Y esta belleza, está majestuosidad de estas dos basílicas la de San Pedro y la de San Pablo (que ojalá todos cristianos tengan la oportunidad de ver aunque sea de modo virtual), lo que hacen es recordarnos que Dios también tiene proyectos muy grandes. Proyectos magnánimos para su Iglesia y para cada uno de nosotros.

Por eso te contaba esta anécdota de Notre Dame, que no es la fiesta de hoy, pero nos ayuda muchísimo, porque efectivamente si sabemos que Dios tiene grandes proyectos para nosotros, muchas veces en esto, nos puede pasar como al primer obrero.

Que por tener muy poquita visión de conjunto, por no tener el plano completo en nuestra cabeza, por pensar que lo que estamos haciendo aquí es poniendo ladrillos…

O si nos consideramos un poco superiores y pensamos ‘aquí lo que estoy haciendo es haciendo paredes’, pues resulta que fácilmente se puede meter el pesimismo, el cansancio, la visión negativa, la falta de paciencia.

Nos olvidamos de que hay un proyecto superior, mucho más grande, algo que nos supera totalmente. Que el gran arquitecto de este proyecto es Dios. Y Él sabe dónde va cada ladrillo en su Iglesia.

Dios sabe también qué ladrillo poner en cada una de nuestras vidas, para que también nosotros hagamos ese gran proyecto.

Y así, la imagen es buenísima, porque nos ayuda a ver que la santidad es eso muchas veces: es poner un bloque, una y otra vez.

VISIÓN SOBRENATURAL

Pero teniendo en mente siempre que, hay un proyecto, es verdad que nos supera, es verdad que ese Plan lo tiene Dios. Pero tú y yo, lo que tenemos que hacer muchas veces, es vivir con docilidad, con confianza, siguiendo esas indicaciones de ese gran creador que es Dios, que nos ama con locura.

Si nos quedamos solamente en esto de ir poniendo bloques, de nuevo el desánimo y la frustración, el cansancio, el pensar que este proyecto no se va a acabar nunca…

Aprovechamos esta fiesta de la dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo, para pedirle al Señor mayor visión sobrenatural. Además esta imagen de la construcción, obviamente no es nueva para hablar de la iglesia o para hablar de la santidad personal.

LOS PADRES DE LA IGLESIA

Porque muchos santos, incluso Padres de la Iglesia, es decir de autores cristianos de los primeros siglos, ya utilizaban esta imagen, que tiene también una raíz profundamente bíblica.

Por ejemplo, voy a citar rápidamente unos cuantos. 

Decía san Agustín de Hipona:

«Somos las piedras vivas con las que se construye la Iglesia; el mismo Cristo es la piedra angular que sostiene todo el edificio».

(Cfr Salmo 118, citado por el Señor en Mt 21,42).

Nuestro Señor, en el Evangelio de san Mateo cita también el famoso Salmo 118:

«La piedra que han desechado los constructores, es ahora la piedra angular». 

San Clemente de Alejandría, en Protréptico, XI, 116: dice:

“La Iglesia es una asamblea de hombres que se unen en la verdad, construyendo sus almas como templos santos para Dios”.

(Cfr. 1Cor 3,16).

San Pablo, en la Primera Carta a los Corintios nos recuerda que:

«Somos templos de Dios, donde habita el Espíritu Santo».

Otro Padre de la Iglesia, Orígenes, decía:

«Pedro recibió el encargo de edificar la Iglesia, no con piedras materiales, sino con hombres vivos que son piedras de fe y de doctrina».

(Comentario sobre el Evangelio de Mateo, XII, 10).

Y esto también nos suena porque está aquí citando a la Primera Carta de San Pedro. Igual, otros Padres de la Iglesia.

PROPIA SANTIDAD

En definitiva, aprovechar esta fiesta hoy para preguntarnos: ¿qué tanta visión sobrenatural tenemos en para ver la Iglesia? O, ¿qué tanta visión sobrenatural tenemos en el campo de la propia santidad?

Cuando confiamos en estos planes de Dios, que va construyendo poco a poco en nuestra alma, ¿que tanto estamos dispuestos a abandonar nuestra visión corta, nuestra visión reducida de lo que estamos haciendo, y confiar en ese plano sobrenatural, que es capaz de ver mucho más allá de lo que vemos nosotros?…

Aprovechamos la fiesta del día de hoy (y perdón que me tomé la libertad, pero aprovecho para pedirle a nuestra Madre de Chiquinquirá en Maracaibo).

Nos encomendamos a Nuestra Señora de Chiquinquirá (“La Chinita”, como le llamamos cariñosamente aquí en esta Tierra), para que nos ayude a ser verdaderamente piedras vivas, piedras dóciles, piedras que se sepan una partecita pequeña, pero hermosa a la a los ojos de Dios, en este gran proyecto que es la propia santidad y que es también la Santa Iglesia.


Citas Utilizadas

2 Mc 6, 18-31

Sal 3

Lc 19, 1-10

Reflexiones

Señor, ayúdanos a tener visión sobrenatural del proyecto que quieres para cada uno de nosotros. Que reconozcamos lo que tenemos que hacer para llegar al Cielo.

Predicado por:

P. Rafael

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