Vamos a comenzar estos 10 minutos con Jesús en esta Conmemoración de todos los fieles difuntos.
Hay una pregunta que me interpela, ¿cuál será nuestra fiesta cuando nos toque pasar de este mundo al Padre? ¿La fiesta de todos los santos o la Conmemoración de todos los fieles difuntos? El día de nuestra muerte ya no tendremos más tiempo, quedaremos fuera del tiempo.
Ahora en esta vida podemos merecer un poco cada día más en el Cielo y hoy, en este día, podés acercarte un poco más al Cielo anhelado.
Hoy podés trabajar con más amor y no sentirte justificado, justificada, a tomar compensaciones por el cansancio, hoy podés vivir mejor tu tarea cotidiana, hoy podés servir en tu casa con ese juvenil candor que tal vez alguna vez en tu vida tuviste, hoy podés vencer los respetos humanos para hacer con cariño y con delicadeza esa corrección.
Hoy puede ser un día en que te acerques más a la fiesta de todos los santos que a la conmemoración de todos los fieles difuntos.
AMADO NERVO
Acerca de la celebración de los Fieles Difuntos, escribía Amado Nervo:
“Hoy de los muertos es el día,
el cementerio se halla en flor;
un dulce llanto lo rocía,
y en cada losa triste y fría
brilla una lágrima de amor.
¡Ah! Nunca olvides al que ha muerto,
que vivirá viviendo en ti;
tal vez su sombra, en giro incierto,
vuela en derredor del campo yerto,
diciendo a todos: ¡Piensa en mí!
Tal vez su espíritu se prende
a cada nube de albo tul; llora en la lluvia que desciende,
y nos manda un beso del azul.”
MUCHOS SANTOS EN EL CIELO
Seguramente hay personas que en este mes de noviembre, que en esta Conmemoración de todos los fieles difuntos, están esperando tu ayuda. La ayuda de los sufragios que puedas ofrecer van a significar su entrada al Cielo.
Tendremos presentes, en la misa y en el santo rosario, a todas aquellas personas a las que les falta el traje de fiesta para entrar al Cielo.
“Nunca olvides al que ha muerto, que vivirá viviendo en ti; tal vez su sombra en giro incierto, vuela en derredor del campo yerto, diciendo a todos: ¡Piensa en mí!”
Vamos a pensar, a rezar por nuestras hermanas y hermanos, familiares, padre, madre, difuntos, todos, a lo largo de este mes de noviembre para que haya muchos santos en el Cielo.
Jesús, durante su vida mortal y especialmente con su Pasión, abrió las puertas de los Cielos a todos los difuntos que aguardaban la redención y eso mismo tenemos que hacer nosotros, imitar a Jesucristo, imitar a Cristo que abrió para todos las puertas de los Cielos.
“Aquí nació para salvarnos un ser más puro que la luz de las estrellas.
Mitad del cielo verdadero, la otra mitad era de tierra verdadera.
Vino a llorar por los que lloran, vino a sufrir para que el hombre no sufriera.
Con la moneda de su cuerpo quiso pagar nuestro rescate a las tinieblas.
Cerró las llagas encendidas y abrió los ojos apagados y las puertas.
Para romper nuestras cadenas vino cargado en cuerpo y alma de cadenas”
(Francisco Luis Bernárdez, En la tierra).
INDULGENCIA PLENARIA
Jesucristo fue el primero en abrir las puertas del Cielo a todos los que aguardaban la redención y nosotros, cada vez que nos unimos en la santa misa, al sacrificio de Cristo, podemos hacer llegar a muchas almas la redención.
Podemos ofrecer sufragios y por la Comunión de los santos podemos hacer un mayor esfuerzo por alcanzar la santidad y ese sacrificio en las cosas pequeñas de cada día, empujará a tantas almas al Cielo.
Podemos aplicar indulgencias plenarias por todas las personas que ya han partido para la casa del Padre, por tus hermanos, por tus hermanas, por tus padres, por aquellas personas queridas que ya han muerto.
En el Año de la Misericordia me sucedió algo que me dejó impactado. Recibí un chat de la señora de un amigo que me invitaba a una exposición que iba a hacer de sus cuadros y quise felicitarla por la exposición.
De pronto, cuando estaba intentando teclear la respuesta, me di cuenta que sin querer, sin haberlo pensado y sin saber cómo, le había enviado una foto por error y una foto que no sé ni cómo ni de dónde apareció en el chat.
Era la foto de una antigua actriz de cine de los años 50 y que tenía una peculiaridad, porque guiñaba repetidamente un ojo. Me dio mucha vergüenza y pensé que tal vez esta mujer se ofendería y pensaría que me estaba burlando de ella.
Me disculpé rápidamente, diciéndole que no sabía cómo apareció esa foto allí y la otra persona, esta señora, esta artista, impresionada me dijo que había aplicado ese mismo día la indulgencia de la Puerta de la Misericordia precisamente por aquella actriz que ahora le guiña un ojo desde el chat; una actriz por la que ella sentía una enorme admiración.
LAS ALMAS DESDE EL CIELO INTERCEDEN POR NOSOTROS
No sé si recibiremos señales tan claras como esas cuando ofrezcamos algún sufragio por las almas del Purgatorio, pero más allá de estos incidentes tecnológicos, podemos ofrecer nuestros sufragios, ofrecer indulgencias por las almas del Purgatorio en este mes, en este día, especialmente por las personas de tu familia.
Cuando los tiempos maduraron, el firmamento dio su fruto prometido y otro cordero vino al mundo para pagar al Buen Pastor nuestros delitos. Antes de ser sacrificado quiso enseñarnos el supremo sacrificio y en este pan maravilloso se repartió, de corazón, entre sus hijos.
Desde aquel día lo tenemos como alimento, como escudo y como alivio y su poder nos une a todos en una grey, en un pastor y en un aprisco.
Las almas, desde el Cielo, interceden por nosotros; las almas de los fieles difuntos quedarán tan agradecidas por nuestros sufragios, que intercederán por nosotros hasta el día en que nos toque entregar nuestra alma.
Y nosotros, desde aquí, desde la tierra, rezamos en este día por las almas del Purgatorio.
Una grey, un aprisco, unos cuidando de otros para alcanzar el Cielo para siempre, especialmente cuidando a las personas de nuestra familia con las que formamos una peculiar Comunión de los santos.
Vamos a encomendar a María santísima todas las almas de los fieles difuntos, para que gocen pronto del Paraíso.
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