ESCUCHA LA MEDITACIÓN

EN EL UNO, SOMOS UNO JUNTO A LA VIRGEN DE FÁTIMA

Hoy celebramos en la Iglesia la fiesta de la Virgen de Fátima. La liturgia de la Iglesia ha querido que hoy meditásemos sobre la maravillosa alabanza que Jesús dirigió a su madre. De todos modos, el Evangelio pascual de hoy nos anima a detenernos en el lema del Papa León XIV. En el Uno, somos uno junto a la Virgen de Fátima.

Hoy celebramos la fiesta de la Virgen de Fátima. En el evangelio de la Virgen se nos recuerda ese piropo que Jesús le dirige a su madre:

“Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica…”

(Lc 11, 28),

como lo hizo la Virgen y nosotros también en este mes de mayo podemos ponerlo en práctica.

Pero quiero fijarme especialmente en el Evangelio Pascual, que leemos hoy también, porque recuerda mucho el lema pascual y el lema papal que León XIV ha elegido: In Illo uno unum. Esa unidad que no es simplemente acuerdos humanos, sino es centrarnos en Cristo, que nos va a llevar a la unidad con el Señor.

Recuerdan esas palabras de San Agustín que le gustan tanto al Papa León XIV, “aunque los cristianos somos muchos, en el único Cristo somos uno”.

Si te fijas bien, el escudo del Papa León XIV, incluye una pequeña flor de lis blanca en la parte superior izquierda, son un campo azul que simboliza la Virgen María. Esta flor de lis evoca la pureza, la fidelidad, la belleza espiritual y destaca también la vocación Mariana que tiene el Pontífice.

El Papa, no solamente es muy devoto de la Virgen por su escudo papal, sino también que está muy unido a Dios: In Illo uno unum, aunque los cristianos seamos muchos, en el único Cristo somos uno.

UNIDOS A CRISTO

Como lo dice el evangelio de hoy también, que Jesús va caminando por el templo en invierno, un lugar sagrado, un clima frío. Un marco que refleja, un poco, la dureza del corazón humano en el día de hoy y le preguntan:

“¿Eres tú el mesías?”

(cfr. Jn 10, 24)

Pero él no responde con explicaciones teóricas, responde con su vida, responde con sus obras, con su identidad.

Les dice Jesús, se los dije varias veces, pero no me creen. Y después, les dice una frase muy profunda, porque dice:

“Yo y el Padre somos uno.” ( Jn 11, 30),

Un poco como el lema del Papa León XIV, In Illo uno unum.
“Yo y el Padre somos uno.”

Jesús no solo viene a enseñarnos quién es Dios. Él, de hecho, es Dios, es Dios verdadero, y es Hombre verdadero, una unidad perfecta con el Padre y con el Espíritu Santo, ese gran misterio de la Santísima Trinidad, pero unidos a Cristo, unidos a Jesús.

También aparece nuevamente María, porque si uno se piensa a María en la fiesta de hoy, de la Virgen de Fátima, en el uno somos uno, junto a la Virgen de Fátima, junto a la Virgen María, me gusta decir.

Fíjate en las apariciones de la Virgen de Fátima, nos llamó a la conversión, la oración y a la penitencia. Son mensajes llenos del llamado de Jesús, de volver al Buen Pastor, de escuchar su voz, de seguirlo con confianza, de estar muy unidos a Jesús.

Vos, ¿estas unido a ese Buen Pastor? ¿Permitís que Él nos conozca, para seguirlo con fidelidad? Porque solo así, encontraremos esa unidad, esa paz, y descubriremos también que las apariciones de Fátima nos ayudan a crecer en el amor a Dios, a volver a Dios.

SANTUARIO DE FÁTIMA

Pienso hoy en el Santuario de Fátima, no lo conozco. Pero veo la devoción de mucha gente que se acerca el día de hoy, para agradecerle a la Virgen, para pedirle con mucho afecto.

Como también decía san Luis María Grignion de Montfort, “ese camino fácil, corto, perfecto y seguro para llegar a la unidad con Dios, en la cual consiste la perfección cristiana. A través de la Virgen vamos a Dios, nos unimos con Dios.”

Y aunque conocemos un poco los hechos del milagro de la Virgen de Fátima, te quería contar un poco ahora, en este rato de oración. Era un 13 de mayo de1917, cuando esos tres primos llamados Lucía, Jacinta y Francisco estaban en el campo cuidando de las ovejas.

Estaban en una zona llamada Cova de Iría en Portugal. A mitad de la mañana empezó a llover, los chicos tuvieron que buscar un refugio para no mojarse. Siguiendo el rebaño de ovejas, empezaron a buscar un sitio, para que no les moje la lluvia y de pronto comenzaron a ver una luz blanca que se escondía entre los árboles.

Se acercaron y descubrieron que había una mujer vestida de blanco con un Rosario en la mano. Era la Virgen María. La Señora les pidió una cosa a los niños, les encargó que regresaran allí el día 13 de cada mes.

Los tres estaban asombrados y volvieron rápidamente al pueblo para contar lo que había sucedido. Los niños cumplieron la promesa que le habían hecho a la Virgen. De hecho, anunciaron más apariciones a sus vecinos. Eran todos el mismo día, el día trece de cada mes.

En todas las apariciones, la Virgen hizo un especial inciso sobre el rezo del Rosario. Les pidió a los niños que cuando lo rezarán, después de cada misterio dijeran: “Oh Jesús, perdónanos por nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu Divina Misericordia.”

ESTAR MUY UNIDOS A DIOS

La última aparición de la Virgen tuvo lugar el 13 de octubre de 1917. Ahí se produjo, se produjo el milagro del sol, que vieron cómo el sol se movía repetidas veces y bailando la danza del sol.

Bueno, en este mes de mayo, en este mes del Papa León XIV, podemos también pasar cómo nosotros nos animamos a estar muy unidos a Dios a través de santa María, junto a María de Fátima, junto a María de Luján, como fue el otro día de la fiesta.

¿Cómo se acercamos también a María en esta relación tan íntima? ¿Cómo la buscamos a ella para comprender el papel que tiene en la Pasión, que tiene en la Redención?

Vos, ¿te acercas así a María? ¿Buscas también que ella habite en tu corazón? ¿Qué ella, como en estos tres primos ahí en Portugal, acuda también a tu vida? ¿Con qué cariño te dejas acompañar? ¿Con detalles diarios, pequeñas oraciones, con algún detalle en tu hogar?

No sé, las madres esperan mucho de sus hijos. Lo veo en los colegios y también en el jardín cuando voy, cómo los niños llegan con su madre y no se quieren separar.

El otro día hubo un evento con los chiquitos del jardín, donde hicimos una consagración a la Sagrada Familia y de repente los chicos tenían que volver a clases y los padres se querían quedar con los chicos. Pero, en realidad, yo animándolos a los chiquitos a que volvieran a clases y los papás no se los soltaban, se lo quedaban. Y eso pasa también con Nuestra Madre.

VISITAS DE PAPA LEÓN XIV

Fíjate el Papa León XIV hizo esa visita simbólica e importante también para la Iglesia romana, que fue a visitar la tumba del Papa Francisco y, sobre todo, fue a visitar también la Basílica de Santa María Mayor para saludar a la Virgen, la Salus Populi
Romani, donde está enterrado el Papa Francisco.

Una visita que uno dice, bueno, estaba ya esperada, ¿no? Que el Papa vaya a visitar a su predecesor. Pero, además, el Papa León XIV quiso visitar el Santuario Agustino de la Virgen del Buen Consejo, en Genazzano.

Está muy cerca de Roma, sí, pero bueno, el Papa quiso estar ahí con los agustinos, visitar ese santuario agustino de la Virgen del Buen Consejo.

Pidámosle a Nuestra madre, Santa María, Virgen Santísima, ella que vive glorificada en alma y cuerpo en el cielo, ella que es considerada en su existencia terrena paradigma de todas las virtudes, que en este mes de mayo también sepamos buscarla a ella para identificarnos con Cristo, para estar unidos a Cristo: In Illo uno…

Estar unidos como el Papa nos está animando. Que nos indique que nos acompañe en el camino, para descubrir también en nuestra vida de hijos de Dios, cómo seguir a Jesús, que es el único.

MARIA NOS ENSEÑA A ESTAR UNIDOS A CRISTO

Ese es el ejemplo de María. Que también en la primera comunidad supo enseñar ese verdadero sentido de la vida cristiana. En este mes de mayo, la Virgen, desde el comienzo de su existencia, nos va a mostrar cómo nosotros podemos ir metiendo a la Virgen de todo y para todo.

¿Es la Virgen para vos, como dice el Papa In Illo uno unum? En el uno somos uno, ¿estamos unidos a Cristo? La Virgen estaría muy atenta al comienzo de la cristiandad, que todos los apóstoles que estén muy unidos a Cristo. Porque efectivamente, no hay verdadera unidad si no nace de Cristo.

Podremos buscar consensos humanos, pactos, estructuras, una cuestión que institucional, pero sólo en el uno verdadero, Jesucristo, podemos ser realmente uno entre nosotros.

En un mundo fragmentado, polarizado, dividido, el Papa nos llama con humildad y fuerza a volver a la fuente de la unidad. No a nuestras ideologías o nuestras inseguridades, Jesús quiere que volvamos a Él, a la unidad, a la Iglesia unida.

Se lo pedimos a nuestra Madre Santa María, en la Virgen de Fátima, que también nosotros descubramos que junto con María iremos a Jesús.

 


Citas Utilizadas

Hch 11, 19-26

Sal 86

Jn 10, 22-30

Reflexiones

Virgen de Fátima, ayúdanos a descubrir que tu eres el camino para ir a Jesús

Predicado por:

P. Juan Manuel

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